Ante el nuevo “escandalo” ambiental que advierte que estarían en riesgo más de 15.000 chigüiros en Casanare, especialmente en el municipio de Paz de Ariporo por la falta de charcos para tomar agua y de plantas para alimentarse, se han conocido otros puntos de vista que buscan darle un juicio más técnico, menos mediático, a lo que sucede en verano con estos roedores.

El ambientalista, Cesar Rojano Bolaño, de la Fundación Cunaguaro Biodiversidad y Cultura, hizo un análisis de lo que ocurre con los chigüiros desde la perspectiva científica, trazada por estudios de prestigiosas universidades del país.

Rojano Bolaño, ante la aparición nuevamente en los medios de los chigüiros de Paz de Ariporo, trajo a la memoria un estudio desarrollado en 2017 por las Universidades Javeriana, IAvH, Nacional y las Organizaciones Cunaguaro, ProTerra, et al, que fue presentado a Corporinoquia, dejando evidencias sobre las causas de mortalidad en Paz de Ariporo:

La época seca en la Orinoquia se presenta de diciembre a marzo - abril. Es normal, y no significa una sequía extrema de origen antrópico. Y sí, siempre se mueren animales. Hace parte de la dinámica de poblaciones silvestres en todas las sabanas del planeta.

La población de chigüiros en Caño Chiquito, Normandía y Centro Gaitán, de acuerdo a datos de la UNAL, en esa época superaba los 600.000 individuos. La muerte de 8000 ejemplares en 2014 (equivalente a un poco más del 1%) probablemente no significó un evento grave para la población. Recordemos que es un roedor con una tasa de natalidad alta. 

Cuando hay déficit hídrico extremo en la zona, su principal causa, evidentemente, es la alteración en la dinámica del ecosistema de sabana inundable. Particularmente ahí se da por construcción de carreteables, diques, y captación de agua para agricultura y probablemente hidrocarburos.

Precisamente la construcción de carreteables, para los cuales se abrieron huecos (áreas de préstamo), aumentaron la oferta de hábitat para el chigüiro: más hábitat y recursos disponibles, mayor el tamaño de la población. En torno a esos préstamos se formaron nuevos grupos, que han sido aquellos que -principalmente- mueren todos los años.

En esta zona el chigüiro prospera. El área se caracteriza por amplios centros de sabana (varios km2 sin árboles y sin que esto haya sido causado por el hombre). Esta característica (poca área boscosa) limita la presencia de grandes depredadores cómo pumas y jaguares, e insisto, se presenta de forma natural.  Además, la adecuada gestión del territorio por parte de ganaderos ha restringido su cacería.

Y aquí vamos: la mortalidad de chigüiros en época seca es un evento "normal" en el llano. Hace parte de las dinámicas poblacionales en la zona y tal vez deba ocurrir siempre (en niveles esperados). Esta especie lleva miles de años sobreviviendo a las sequías, sin necesitarnos. La población en esta zona necesita un mejor manejo, no superhéroes que vayan a salvarlos.

Incluso en 2014, aquél año del escándalo, no se impactó severamente esta población. No olvidemos que pueden parir hasta 10 crías/año. La mortalidad por causa naturales, a la larga, podría mejorar la adaptación y transmisión de genes más resistentes a condiciones extremas.

La mortalidad por causas naturales y esperadas en una población puede traer beneficios, aunque suene raro. Ayuda a mantener sana la población (más individuos, mayor probabilidad de transmisión de patógenos), regula la capacidad de carga, mantiene el equilibrio del ecosistema. Reduce los impactos de la especie sobre los pastizales y los humedales. Incluso sobre el ganado doméstico.

 Y entonces, si la mortalidad en un año normal (como este hasta ahora) es esperada (¿y requerida?), qué tipo de intervención se necesita en la zona, para que en un escenario de cambio climático se eviten mortalidades masivas y que de verdad impacten a la biodiversidad?

La conservación de la biodiversidad en esa zona de Paz de Ariporo requiere medidas reales de protección del ecosistema y no solo de una pequeña parte de la población de chigüiros. Y voy a tratar de resumirlas a continuación. En todo caso, no incluyen llevar un carrotanque y echarles agua a los préstamos a cada lado de la vía.

Muy importante planificar el territorio, delimitando áreas agrícolas; recuperar las dinámicas hidrológicas perdidas por la construcción de carreteables; fortalecer la ganadería tradicional y sus mecanismos tradicionales de cosecha de agua (tapas), y además, el aprovechamiento sostenible del chigüiro, para mantener poblaciones controladas, entre otros.

En todo caso, ir todos los años a rellenar áreas de préstamo con agua extraída de otra zona es (casi que literal) traer pañitos de agua tibia. Es la historia de siempre: invertir muchos recursos en soluciones vanas, mientras que las medidas reales y de fondo quedan olvidadas.

Cambiar la dinámica natural y reducir la mortalidad podría aumentar la cantidad de chigüiros. Entonces se generaría un nuevo problema cuando la población supere la capacidad de carga, que es el número máximo de estos roedores que soporta el ecosistema, una cura peor que el mal.

Desde hace varios años me pregunto si la adaptación al cambio climático en la zona solo incluirá llevar agua o hacer más pozos. ¿No creen que planear el territorio sería más sostenible?

Y no, no es que yo quiera que se mueran los chigüiros en la zona, es que la solución no es seguir malgastando el dinero llevando agua en carro tanques. Por eso, la recomendación, como siempre, es que hay que escuchar a la ciencia.