Por: Luis Carvajal Basto – El Espectador
Vacas, chigüiros, venados, caimanes muriendo por falta de agua en el departamento que más regalías recibió en la historia de nuestro país. Uno que recoge las aguas nacidas en las montañas de Boyacá y los Santanderes para llevarlas al Orinoco por el Rio Pauto, el Upia, el Guanapalo, el Cravo, el Casanare, el Ariporo y el Meta que no han alcanzado para abastecer un acueducto, aunque sea por gravedad, en Yopal, su capital.(
http://www.elespectador.com/noticias/medio-ambiente/emergencia-ambiental-casanare-fuerte-sequia-galeria-482170 )
Si en Yopal no hay agua sus ciudadanos protestan. Y, después de tanto, nada. Si las vacas mueren de sed sus dueños protestan. ¿Quién defiende la fauna irrepetible? Le toca al Estado. El estudioso ambientalista Guillermo Solarte, golondrina en este verano, escribió, con razón sobrada, en Facebook: “La tragedia ecológica de Casanare, la muerte de los chigüiros es más importante, mucho más que el alegato, en el que nos quieren meter los políticos para ser reelegidos todos. No podemos dejar pasar por alto el drama de la naturaleza en la Orinoquía”.
Casanare es un departamento maravilloso y la verdadera cuna de nuestra historia como Nación. Albergó al ejército Libertador y harapiento de Santander y Bolívar que debió luchar allí contra los españoles pero también contra el hambre y el clima. También, acogió en el hoy municipio de Paz de Ariporo, donde estamos fabricarse un desierto, antes Moreno, a Juan Nepomuceno, a quien se considera como primer mandatario allí, cuando en realidad se rebeló, aliado con Páez ,contra Bolívar y Colombia.
Tiene un folclor propio y casi intacto. Una cultura viva, como diría nuestro querido Maestro Grammy Orlando “Cholo” Valderrama. La verdad es que allí se respiran, todavía, a través de sus costumbres y música, los aires de la independencia. Se utilizan palabras del castellano antiguo, como, por ejemplo, faramalla (Del ant. farmalio, engaño, y este del lat. hisp. malfarium, crimen). “Charla artificiosa encaminada a engañar”.
¿Cuánto llevamos hablando del acueducto de Yopal? ¿Qué cosas se ha hecho para mitigar el impacto de la industria sobre el medio ambiente? ¿Cuánto de la minería y tala de bosque nativo en el área de Santurban; el Cocuy y todos los nacederos, redujo el agua de la Orinoquia? Y sin embargo, gobernadores y políticos de la región exhiben planes; pregonan soluciones; entran y salen de la cárcel; prometen y prometen…Cosa de faramalla: Faramalleros.
Si no tenemos agua no tenemos nada. No podemos impedir el progreso pero sí contrarrestar sus efectos perjudiciales. Una medida urgente: las mismas brocas que excavan pozos petroleros pueden excavar, de urgencia, pozos de agua que, con seguridad, la van a encontrar a poca profundidad. No es tan costoso pero requiere un esfuerzo mayor que el discurso de un dirigente faramallero. Probablemente un decreto y una solicitud de auxilio. Las autoridades regionales tienen responsabilidades y no pueden, tampoco, descargarlas en la falta de recursos o la inacción de otras instancias de gobierno. Frente a la emergencia están demorados en actuar.
Lo que ocurre en Casanare nos pone, otra vez, frente al dilema de lo público, lo privado y el papel del Estado urgido a proteger lo que es de todos porque nadie más lo hace. Por eso, aunque no se quiera, toca hablar de elecciones. Escoger a los mejores posibles. Comprometerlos. Pedirles cuentas. No se puede pasar agachado. Nos da vergüenza propia, a todos.
@herejesyluis
Posdata: el director del IDEAM, a quien no le da vergüenza, dice, tranquilo, que el verano es normal. (http://www.elespectador.com/noticias/medio-ambiente/fuerte-verano-casanare-normal-ideam-articulo-482349)
Fuerte Verano CasanareTambién debe serlo no hacer nada para anticiparse al desastre. ¿Será que considera sus funciones limitadas a los constantemente equivocados pronósticos del tiempo? ¿Qué tal?