Estudiantes del internado de San José del Bubuy en zona rural del municipio de Aguazul están en riesgo por la presencia de desconocidos que, aprovechando la ausencia de vigilancia, ingresan a la Institución en las noches. En tres ocasiones los han visto merodeando por los alojamientos de la institución educativa.
Según la denuncia, los individuos hicieron su primer ingreso el pasado 20 de febrero e fueron observados nuevamente durante los días 24 y 25 de febrero, por lo que se teme principalmente por la integridad de los estudiantes, quienes señalan que los sujetos permanecen observando a las niñas por las ventanas.
Se llamó la atención de la Secretaría de Educación Departamental y la Alcaldía de Aguazul, para que se tomen medidas de forma inmediata y evitar una posible vulneración a los niños y adolescentes allí internados.
En el internado solo hay una docente a cargo de la Institución quien informó que se ha tenido que valer de padres de familia para que le hagan acompañamiento en las noches, sin embargo, una madre entró en pánico al no saber cómo reaccionar frente a la situación, generando un agravante de descontrol para los estudiantes que entraron en llanto y desespero.
En el colegio Luís María Jiménez, hay 29 niños de primera infancia y adolescencia, es decir están en edades entre los 10 y 17 años, que provienen de fincas alejadas del sector.
Los individuos no han robado o cogido algún elemento por lo que se teme que estén tras alguna de las niñas que permanece en el internado.
La situación ya fue notificada por el Rector ante la Secretaría de Educación del Departamento, desde donde respondieron que no hay dinero para seguridad privada.
El hecho de inseguridad es de conocimiento público. Los padres de familia afirman sin embargo que hasta la fecha no se han tomado las medidas que amerita la situación.
Señalaron que la única respuesta de la Secretaría de Gobierno de Aguazul fue, “pues tenemos que pedirle a Dios que no pase nada”.
Los docentes temen que la falta de garantías de seguridad genere una deserción escolar, afectando procesos escolares de los infantes y adolescentes como única medida ante la situación de inseguridad.