El banco de maquinaria conseguido por el gobierno departamental, ha sido fundamental en la ejecución de obras de mitigación y prevención del riesgo producido por los fenómenos naturales en las épocas de invierno y verano, que regularmente dejan afectaciones de considerable valor en las comunidades y sus bienes.
La oficina de Gestión del Riesgo de Casanare, en los últimos 180 días, desarrolló el plan de gestión que le permitió atender y superar situaciones de alto impacto.
De acuerdo al informe entregado por el organismo oficial, las 17 máquinas con que fue dotada la oficina regional de atención de desastres, en menos de un semestre, logró atender con prontitud la emergencia invernal que afectó las veredas "Vegón", "Vijagual", "San José" y "Magavita alta y baja" del municipio de Recetor, donde se evitó que el fenómeno natural, ocasionara una tragedia.
De igual manera, se destacan los trabajos realizados en Támara, considerado como uno de los municipios de mayor vulnerabilidad, donde se lograron realizar obras de prevención en sitios donde regularmente se presentan emergencias como Quebrada Honda, "las Curamas" alta y baja y "el Buhío", donde se logró la remoción de escombros y la adecuación de las vías de evacuación que estaban totalmente taponadas por deslizamientos en masa.
En Pore, se construyeron canales y jarillones de protección de las riberas del río Pauto, que históricamente ha afectado a numerosas comunidades que residen y laboran a lado y lado de la fuente hídrica.
En Hato Corozal, resultó definitiva la obra de construcción de los muros de contención y canalización de las aguas del río Casanare, a la altura de las veredas Pueblo Nuevo y "El Cedral".
La canalización de la quebrada "Paradiseña", de Sabanalarga, evitó la destrucción del puente que desembotella a una amplia área de producción agropecuaria.
Igual ocurrió en La Vereda El Porvenir de Paz de Ariporo, donde se acometió la canalización del caño "El Soropo", para evitar las emergencias regulares de las veredas Los Ranchitos y El Porvenir. Allí hubo la necesidad de mantener y conformar 10 kilómetros de vía, para desembotellar 25 familias de las veredas Gaviotas, la Peral Alta y La Motuz.