Información de Portafolio.co
No menos de 25.000 millones de pesos está invirtiendo la Federación Nacional de Arroceros (Fedearroz) en una planta de secamiento, almacenamiento y trilla de arroz en el municipio de Pore (Casanare).
Se espera que para mediados de este año ya esté lista la primera fase del proyecto, que tendrá una capacidad de secado y almacenamiento de unas 27.000 toneladas de arroz.
Una segunda fase comprende el proceso de trilla, es decir, descascarar el arroz paddy para obtener el arroz blanco o corriente, de consumo humano.
Según Rafael Hernández, gerente del gremio de los cultivadores, que los agricultores puedan secar y almacenar su grano es una nueva fortaleza a su favor.
Se calcula que la planta tiene el potencial de beneficiar a la zona arrocera del Casanare, de unas 52.000 hectáreas, es decir, su área de influencia.
Se sabe, desde hace más de 80 años, que siempre se ha evidenciado un ‘cortocircuito’ entre estos dos eslabones de la cadena.
En muchos escenarios, los cultivadores se han quejado de las prácticas comerciales de los compradores de arroz, quienes les manipulan los precios y las calidades, por lo que en muchas ocasiones han sido motivo de paros campesinos y bloqueos de vías.
Hernández explicó que la planta podría considerarse como la fase final del programa 'Adopción Masiva de Tecnología' (Amtec), que busca reducir en 33 por ciento los costos de producción de los arroceros e incrementar su producción y productividad.
Así las cosas, reconoció que los arroceros podrán comenzar a dejar de depender de los molineros y cerrar su ciclo productivo, pues el agricultor podrá vender arroz blanco para consumo, o bien para que un tercero lo empaque con su marca.
Ahora, la segunda fase del proyecto, la trilla, le daría la oportunidad a los agricultores y al gremio mismo de entrar en nuevos negocios, derivados de este proceso, como la comercialización de los subproductos de la trilla.
Entre otros se cuentan el afrecho, la harina, el arroz partido, el ‘gritz’ de arroz y la pica, materias primas para la fabricación de sopas, panes, aceites, concentrados para animales y la extracción de alcoholes.
La planta se financió con los recursos derivados de las utilidades de Col-Rice, la empresa colombo-estadounidense que administra el contingente de arroz aprobado en el Tratado de Libre Comercio (TLC).
Fedearroz es el administrador de estos dineros en Colombia.
Por último, el dirigente gremial destacó que Fedearroz tiene un ambicioso plan de construir, al menos una planta en cada una de las cuatro zonas arroceras del país.
En la década de los años noventa el gremio inició tímidamente negocios agroindustriales con plantas similares en el municipio de Aguazul, hoy administrada por particulares.
Por último, Fedearroz destacó que estos proyectos, hoy en ejecución, son el resultado de la gestión que, como Ministro de Agricultura, ejecutó Juan Camilo Restrepo.
Esta – la necesidad de tener plantas de secado y almacenamiento– fue una de las peticiones que los arroceros hicieron al Gobierno por la época de los paros campesinos.
La supuesta escasez se solucionaLa inexplicable merma de arroz en Colombia, que se ha denunciado en varias ciudades se solucionará con la autorización para importar 80.000 toneladas de arroz de origen ecuatoriano, en el marco de los acuerdos comerciales de la Comunidad Andina de Naciones (CAN).
Otra parte del abasto nacional se cubrirá con el contingente de arroz que se traería al país, también como parte de los acuerdos del Tratado de Libre Comercio (TLC) con los Estados Unidos.
Regularmente, se subastan Certificados de Asignación de Cuota (también conocidos como Certificados de Asignación de Contingente Arancelario o Certificados) por el volumen anotado.
Cualquier persona o entidad constituida o con una dirección legal en EE.UU. podrá participar en este proceso.