El ejemplar femenino de Panthera onca de pocos días de nacido fue decomisado a un capitán indígena en Cumaribo y pensando en su recuperación dentro de las mejores condiciones posibles, fue llevada al Zoológico de Cali.
Luego de pasar un mes bajo la protección y cuidados de los veterinarios y zootecnistas de Corporinoquia fue trasladada hacia Cali, Freya, como se le llamó al ejemplar hembra de Panthera onca conocido comúnmente como Tigre Mariposa, decomisada en Cumaribo, Vichada.
Con cuidados básicos se logró estabilizar al animal y a partir de entonces se buscó el apoyo del grupo interdisciplinario del Zoológico de Cali que ofrece las garantías necesarias para conservar a Freya y poder pensar en su destino final, ya sea éste su liberación o su estadía dentro del mismo zoológico.
“Sea esta la oportunidad para hacer un llamado a la comunidad de nuestra jurisdicción para que protejan y conserven esta especie que se encuentra en amenaza, de seguir así, dentro de pocos años ya no los podremos ver”, aseguró Martha Jhoven Plazas, directora general de Corporinoquia.
La corta historia de Freya
Como un inofensivo cachorro de felino, más parecido a un tierno gato más grande de lo común, llegó Freya a Corporinoquia incautada por la Policía en el municipio de Cumaribo, Vichada a un capitán indígena del resguardo Aiwa Kuna Tsepajvo de la Asociación de Cabildos Indígenas de Mataven, sobre quien pesa un proceso sancionatorio que se encuentra en formulación de cargos.
El hecho se presentó hacia finales de julio y ahí comenzó su recorrido para salvar su vida y pensar en su futuro. El largo viaje que la sacó, tal vez para siempre de su hogar, le significó entrar en contacto con humanos y acostumbrase a ellos, lo que implica que su recuperación va a tomar tiempo y quizás no se logre definitivamente.
Durante un mes, como cualquier cachorro, se alimentó de leche, pero sin la protección de su madre tuvo que hacerlo con tetero y juguetear con peluches, en sus instintivas luchas que en libertad sería su posible entrenamiento para conseguir alimento.
Probó la libertad de estar fuera de guacales y rejas, al fin y al cabo era una tierna e inofensiva cachorra, por eso su viaje a Cali no fue placentero porque las políticas aéreas exigen guacales con ciertas características y las varias horas de vuelo le significaron algo de confusión, porque nuevamente iba a estar en otro lugar desconocido, con personas que ya le son comunes, pero a la vez extrañas.
La tristeza de sus iniciales cuidadores se manifestó, ya que tuvieron el privilegio de conocer un ejemplar de esta especie y además contribuyeron con su protección, dejarla ir no fue fácil, pero el Zoológico de Cali cuenta con la experiencia, la infraestructura, los profesionales especializados y recursos que le permitirán a Freya tener un futuro.
“Investigamos bien qué institución nos podría ayudar con Freya mientras definimos su futuro y el Zoológico de Cali nos da seguridad de que vamos a lograr darle un final feliz a esta historia”, dijo Plazas Roa cuando se le preguntó por qué este lugar.
Freya no fue una donación, ni un regalo. Freya hace parte del compromiso de estas dos instituciones por conservar la especie por lo que Corporinoquia le exige al Zoológico de Cali presentar un informe técnico cada 2 meses que incluya: tipo de alimentación y productos utilizados, tratamientos médicos realizados detallando los productos farmacéuticos o principios activos con las dosis suministradas, con evidencias fotográficas que permita a la Corporación, realizar el control y seguimiento para verificar la tenencia y estado del animal. En caso de que se comprueben irregularidades, el ejemplar será restituido a Corporinoquia.
También, de acuerdo a la evolución del crecimiento y desarrollo del ejemplar definirá oportunamente su destino final, sin que ello represente que no puedan ser considerados para tal fin otros establecimientos que se ajusten a los requerimientos legales.
El ejemplar no podrá ser utilizado dentro del plan de exhibición del zoológico hasta tanto alcance una talla adecuada, ni ser objeto de transporte o movilización sin previa autorización expresa de Corporinoquia.
Hasta hoy, esta es la corta historia de Freya, que en la mitología nórdica significa diosa guerrera, para quien comenzó una nueva etapa de lucha por su supervivencia y por darle esperanza a esta especie vulnerable dentro de la todavía rica biodiversidad que tiene Colombia y que se encuentra en la Orinoquia.