Por María Victoria Angulo G. - Directora Ejecutiva Fundación Empresarios por la Educación.
Las matemáticas siempre han sido el dolor de cabeza de muchos de nosotros al pasar por la escuela como estudiantes, docentes e incluso como padres de familia. Los resultados de pruebas internas o externas e incluso, la misma falta de formación crítica del estudiante y su escasa capacidad de tomar decisiones pertinentes y oportunas a lo largo de su vida develan las dificultades en los procesos de enseñanza y aprendizaje de las matemáticas.
Hoy sabemos que las matemáticas, más allá de ser operativas y de relacionarse con el desarrollo del pensamiento racional siendo esenciales para el desarrollo de la ciencia y de la tecnología, contribuyen significativamente a la formación de ciudadanos responsables y diligentes frente a las situaciones y decisiones de la vida nacional o local.
La semana pasada las matemáticas fueron protagonistas en el Foro Educativo Nacional Matemáticas para Todos y con Todos, organizado por el Ministerio de Educación Nacional. Este evento, que reúne a un gran número de actores de la comunidad educativa y expertos nacionales e internacionales, abordó las matemáticas desde la perspectiva de ambientes de aprendizaje, formación de agentes educativos y procesos de evaluación.
Este escenario permitió presentar formas distintas de abordar la asignatura en la escuela, reflexionar sobre la importancia de los procesos de investigación y sistematización en el aula, pensar en los procesos de mejora al interior de las instituciones educativas y ver en la formación de maestros, tanto inicial como en servicio y avanzada, la oportunidad de impactos reales en los aprendizajes de niños y jóvenes.
Según el profesor Carlos Vasco, conferencista invitado, “No queremos formar matemáticos expertos, queremos formar matemáticos competentes”. Lo que se busca entonces es formar ciudadanos capaces de resolver problemas reales; ciudadanos que formulen, argumenten y desarrollen pensamiento crítico, coherente y sean capaces de comunicarlo de manera precisa.
Más allá de que Colombia haya ocupado el puesto 63 en matemáticas entre los 65 evaluados en las últimas pruebas PISA y la importancia de compararnos con otros países, también es fundamental tratar de ir más allá para preguntarnos qué debemos hacer como sociedad para que los esfuerzos de mejora de la calidad sean sostenibles en el tiempo. Experiencias como “Danza y Matemáticas”, presentada por el Director del Colegio de El Cuerpo (SENA); el proyecto “Sonósfera” de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, además de las experiencias significativas presentadas por los docentes, son un ejemplo de que las transformaciones en la escuela son posibles y de que las matemáticas pueden pasar a ser asignaturas más integrales que involucren las demás dinámicas instituciones haciéndolas más atractivas.
Ahora que las matemáticas, junto con las ciencias y el lenguaje, son el foco de la nueva política desde el Ministerio de Educación, particularmente para ser vinculadas en la jornada única, este tipo de estrategias presentadas en el foro y los resultados de las reflexiones del mismo son una excelente oportunidad para hacer de estos espacios escenarios de aprendizajes que involucren a todos los actores de la comunidad educativa acordes con el contexto y las dimensiones del ser humano, con centro en los estudiantes y proyección al ciudadano que queremos y que requiere el país.