A pesar de contar con paisajes tan diversos como áridos desiertos, paradisiacas playas, tupidos bosques, caudalosos ríos, espesas selvas y majestuosos nevados, podría asegurarse que actualmente Colombia no tiene “dientes” para defender la sostenibilidad de sus ecosistemas.
Según el estudio de conflictos de uso del suelo del Instituto Geográfico Agustín Codazzi, de las 114.174.800 hectáreas que conforman el territorio nacional, tan solo el 16,07 por ciento está cobijado bajo la categoría de “área de protección legal”, tales como parques naturales, reservas forestales y distritos de conservación y de manejo integrado.
Es decir que tan solo 18.348.745 hectáreas cuentan con la protección de la ley colombiana, y que por su importancia ecológica legalmente no pueden ser invadidas, cultivadas, explotadas o deforestadas por la mano del hombre.
Dentro de estas áreas protegidas se encuentran 56 Parques Nacionales Naturales, como Amacayacu, Catatumbo, El Cocoy, Los Flamecos, Los Nevados, la Sierra Nevada de Santa Marta y el Tayronay las 52 reservas forestales protectoras nacionales como el Bosque Oriental de Bogotá, La Cuchilla, Darién, la laguna La Cocha y los páramos Urrao.
Bajo categorías regionales Colombia alberga 135 zonas protegidas, como los parques regionales naturales Ariari Guayabero, la Macarena y el Sistema Manglárico Delta Atrato; y los parques naturales locales como Altamira, Alto de Padua, Arrayanes, El Boral, El Retorno, La Ceja, Lago de Tota y Villarica.
Este bajo porcentaje de áreas protegidas deja a la deriva o en el limbo al 60,2 por ciento de todo el país, que según el IGAC está conformado por 68.751.363 hectáreas de suelos catalogados como prioritarios para la conservación o protección ambiental.
Según Juan Antonio Nieto Escalante, director general del IGAC, en pocas palabras más de la mitad del territorio colombiano cuenta con áreas de una importancia ambiental significativa, pero no están protegidas bajo ninguna ley; lo que los convierte en terrenos “presa fácil” para la intervención del hombre.
“Esto no significa que más de la mitad de Colombia debería ser intocable, sino que se deberían desarrollar mecanismos limpios, impulsar el desarrollo agroforestal, el ecoturismo y los mercados verdes, con el fin de que ganen tanto el ambiente como el desarrollo del país. Sin embargo, actualmente la realidad es otra. Hemos identificado zonas con características de páramos y humedales invadidas de cultivos y ganado, lo que representa una pérdida en la calidad del suelo en el mediano plazo”.
Los 68,7 millones de hectáreas de áreas prioritarias para la conservación están compuestos páramos con cuerpos de agua y coberturas boscosas, cuerpos de agua como manglares y humedales, y espesas selvas, que actualmente son atacados por la agricultura, la ganadería y la extracción de los recursos naturales.
Colombia no respeta la vocación de sus suelosPor otra parte, el estudio de conflictos del suelo del IGAC afirma que el 37,4 por ciento del país cuenta con suelos aptos y con vocación para las actividades agrícolas, es decir más de 37 millones de hectáreas.
De este total, el 19,34 por ciento es apto para los cultivos y el 13,31 por ciento para la cría de ganado.
Sin embargo el uso que se le ha dado al suelo colombiano es otro. Actualmente tan solo el 4,6 por ciento del país cuenta con territorios agrícolas (5,3 millones de hectáreas), mientras que en el 30,5 por ciento se ha hecho una sobrecarga por parte del ganado (34,8 millones de hectáreas).
“En Colombia no hemos respetado la vocación del suelo. Así lo demuestran las cifras, ya que en lugar de aprovechar de manera sostenible las zonas aptas para la agricultura, hemos sobrecargado a los suelos para la cría de ganado. Solo aprovechamos casi el 5 por ciento en territorios agrícolas, del 19 por ciento apto para tal fin.
Entre tanto, el 30 por ciento está invadido de ganado, lo cual solo se debería presentar en el 13 por ciento. Es hora de empezar a ordenar nuestro país en torno al uso de los suelos”, puntualizó Nieto Escalante.
Amazonas, la región más blindadaDe las 18.348.745 hectáreas de áreas de protección legal, la región Amazónica es la que mayor terreno cuenta, con un total de 7,3 millones de hectáreas (43,3 por ciento del total).
La región Andina alberga 4,5 millones de hectáreas protegidas (26,7 por ciento), seguida por la Orinoquia con 4,1 millones (24,6 por ciento) y la Caribe, con tan solo 928 mil hectáreas (5,5 por ciento).
Los departamentos con mayor número de hectáreas dentro de esta categoría de protección son Meta (3,3 millones), Amazonas (2,3), Guaviare (1,5), Caquetá (1,3) y Guainía (1,1).
La Amazonia reina en áreas que hay que conservarLas áreas priorizadas para la conservación y protección ambiental (68,7 millones de hectáreas) se localizan principalmente en la región de la Amazonia, con un total de 31,2 millones de hectáreas (45,4 por ciento del total del país).
Le siguen la Andina con 16,7 millones de hectáreas (24,4 por ciento), la Orinoquia con 16,4 millones de hectáreas (23,9 por ciento) y la Caribe con 4,2 millones de hectáreas (6,2 por ciento).
Los departamentos con más tierras que se deben proteger son Amazonas (8,6 millones de hectáreas), Vichada (7,8 millones), Caquetá (6,4 millones), Guainía (5,9 millones), Vaupés (4,6 millones), y Guaviare y Meta (3,8 millones cada uno).
Antioquia, donde más se debe cultivarDel total de áreas aptas para la producción agrícola y pecuaria, la región Andina es la que alberga mayor número de tierras, con un total de 14 millones de hectáreas (49,5 por ciento
La Caribe está en segundo lugar, con 7,5 millones de hectáreas (26,7 por ciento), y la Orinoquia en tercero con 4,7 millones de hectáreas (16,7 por ciento).
Por número de área para esta producción, los departamentos que lideran son Antioquia (3 millones de hectáreas), Córdoba y Vichada (1,6 millones cada uno), Magdalena (1,5), Cesar, Bolívar y Cundinamarca (1,4) y Santander, Meta y Tolima (1,3).
La Amazonia solo alberga 2 millones de hectáreas para este tipo de actividades.