Satena emitió una alerta sobre los riesgos crecientes en materia de seguridad operacional en diversos aeropuertos regionales, debido a la presencia no autorizada de personas, vehículos y fauna en sectores sensibles, como las zonas de aterrizaje, despegue y áreas periféricas de estas terminales aéreas.
Según reportes del área de Seguridad Operacional de la aerolínea, al menos nueve pistas presentan condiciones críticas por falta de cerramientos adecuados o deficiencias en los sistemas de vigilancia. Los casos más preocupantes se han identificado en los aeropuertos de Pizarro (Bajo Baudó), Acandí, Timbiquí, Nuquí, La Pedrera, La Chorrera, Tarapacá, Araracuara y Puerto Leguízamo, todos ubicados en regiones con infraestructura limitada.
“Desde SATENA hacemos un llamado urgente a las autoridades locales, operadores aeroportuarios y comunidades vecinas para que se fortalezca la cultura de seguridad aérea. Las incursiones en pista, incluso cuando no provocan incidentes, representan un riesgo real y prevenible que debe ser atendido con prontitud”, advirtió el Mayor General Óscar Zuluaga Castaño, presidente de la aerolínea.
El problema no se limita a estas zonas. SATENA ha registrado también una alta presencia de aves en terminales como Medellín, Providencia, Apartadó, Tumaco, Florencia y Puerto Asís, lo que incrementa el riesgo de impactos durante el despegue o aterrizaje, conocidos como bird strikes, eventos que pueden comprometer la integridad de las aeronaves.
Entre las causas identificadas están la falta o el deterioro de cercas perimetrales, la ausencia de personal de seguridad y el uso cotidiano de los alrededores de los aeropuertos por parte de la comunidad, como caminos de paso o zonas de pastoreo. Estas situaciones facilitan el ingreso no autorizado a las pistas y ponen en riesgo la seguridad de las operaciones aéreas
Ante este panorama, SATENA reitera su compromiso con la prevención y la protección de sus operaciones en todo el territorio nacional. Además, hace un llamado a los habitantes de las zonas cercanas a los aeropuertos para evitar el ingreso a áreas operativas, controlar el acceso de animales y reportar cualquier situación irregular a las autoridades.
“Volamos hacia donde nadie más lo hace, y lo hacemos con responsabilidad. Pero la seguridad no es tarea de uno solo: es una construcción colectiva en la que todos tenemos un rol vital. Seguiremos trabajando de la mano con autoridades locales, operadores aeroportuarios y líderes comunitarios para fortalecer la seguridad aérea en cada destino”, agregó Zuluaga.