Durante la presentación del balance de la gestión ambiental de Equión Energía en 2017, la compañía compartió detalles del proyecto Conectando Bosques, que busca conservar, proteger y recuperar hasta 3.600 hectáreas en el piedemonte casanareño, a partir de la inversión de recursos del 1% que fue aprobada por la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales –ANLA– para las licencias Pauto, Floreña y Niscota por primera vez bajo el nuevo marco normativo.
“La iniciativa apunta a recuperar la conectividad entre fragmentos de bosque para aumentar su área, y a la vez incorporar proyectos de uso sostenible para la protección de cuencas hidrográficas en las zonas de operación”, anunció Ana Cristina Sánchez, gerente de Medio Ambiente.
Esto materializará el sueño de Equión de lograr la conservación de 2.560 hectáreas de bosque, a través de la compra de predios y acuerdos voluntarios de conservación, así como de 1.040 hectáreas bajo el mecanismo de acuerdos de conservación-producción, en una alianza que involucra a comunidades rurales de Yopal y Nunchía, la Fundación Natura y la Asociación de Becarios de Casanare.
Dichas iniciativas sumarán a la preservación que viene haciendo Equión a microcuencas aportantes a los ríos Cravo Sur y Charte, los cuáles son fuentes de abastecimiento para acueductos veredales y municipales de la región.
Sobre la gestión ambiental de Equión del año pasado, la Gerente de Medio Ambiente, resaltó el hecho de mantener durante los últimos 21 años ningún derrame de crudo mayor a un barril con impacto al medio ambiente y cero vertimientos a cuerpos de agua.
De igual forma mencionó el cuidado del recurso hídrico en sus operaciones, a través de la recirculación del 100% del agua usada para la perforación, así como la reinyección del 100% del agua de producción y el tratamiento del agua residual doméstica para dejarla en condiciones para riego.
Frente a la conservación de ecosistemas sensibles en Yopal, la compañía apoyó la siembra de 33.000 árboles en la cuenca de la quebrada Aracaleña; mantuvo continuidad en los acuerdos voluntarios de conservación para proteger 400 hectáreas en las quebradas Aguazula y Aguablanca e instaló 4.6 hectáreas en diez parcelas de estudio del proyecto de restauración ecológica Reviva La Primavera, en la vereda Rincón del Soldado.
Estas acciones demuestran que sí es posible armonizar las operaciones petroleras con la conservación, protección y recuperación de los entornos naturales del departamento, mediante la gestión conjunta de empresa, comunidad y autoridades.