La Unidad para las Víctimas lideró este jueves la jornada “Siembra esperanza, cosecha Paz”, una estrategia del Fondo para la Reparación de las Víctimas que tuvo como objetivo compensar la huella de carbono con la siembra de 2 mil árboles nativos.
La actividad se desarrolló en la finca Lucitania en la vereda San Miguel de Pescadero del municipio de Puerto Gaitán (Meta), un predio de 10 hectáreas que perteneció a las Autodefensas Campesinas del Meta y el Vichada (Acmv) y que la entidad viene administrando desde 2014.
“Recibimos este inmueble en condiciones de abandono y con nuestra gestión hemos logrado restaurarlo y recuperarlo con acciones agrícolas para acelerar su producción lo que ha permitido que las comunidades afectadas por el conflicto se beneficien con mayores oportunidades de empleo y sostenibilidad económica, pero también ha generado una huella de carbono que debemos reducir a través de la siembra de árboles”, dijo el director de la Unidad, Ramón Rodríguez Andrade.
Esta estrategia, afirmó Rodríguez, hace parte del Plan Institucional de Gestión Ambiental (PIGA), y aporta al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en los que tienen que ver con ciudades y comunidades sostenibles, acción por el clima, vida de ecosistemas terrestres y paz, justicia e instituciones sólidas.
El evento contó con la participación de la Gobernación del Meta, la alcaldía de Puerto Gaitán, Cormacarena y la Mesa Municipal de Víctimas y la comunidad menonita.
“Este es un compromiso de todos para promover el cuidado de nuestro medio ambiente, mitigar el cambio climático y mejorar la calidad del aire. Los árboles hoy sembrados podrán captar 10 mil kg de CO2 cada año”, concluyó el director de la entidad.