30 reses fueron sacrificadas por la Policía y enterradas en una fosa en la finca “Los Guarataros” de la vereda El Guáimaro del municipio de Aguazul, según denunció el Presidente de la Junta de Acción Comunal, Luis Bernal, al señalar que el procedimiento no fue socializado, lo que generó desconcierto entre la comunidad al desconocer si el ganado está enfermo o a qué obedeció esa acción que podría generar alguna contaminación en la zona.
La comunidad pidió una explicación sobre lo sucedido en el caserío, pues temen que el entierro de las reses genere contaminación a los pozos profundos, de los cuales se surten para consumo humano, o se genere un foco de infección para los animales que hay en la zona.
Señalaron los voceros comunales que no obtuvieron ninguna respuesta por parte de la Alcaldía de Aguazul, la DIAN, ni la Policía, que explique el procedimiento.
De acuerdo con la información suministrada por el Director Regional del ICA, Edgar Lozano, los semovientes eran procedentes de Venezuela y fueron decomisados por la Policía Fiscal y Aduanera a la altura del municipio de Tauramena, animales que fueron sacrificados y enterrados en una fosa de acuerdo con un concepto sanitario emitido por el Instituto Colombiano Agropecuario.
Lozano señaló que el ganado no estaba enfermo y se eligió ese predio por parte de la DIAN. “La presencia de animales que ingresaron de contrabando provenientes del vecino país genera un gran riesgo, pues la cultura de vacunación allí es mínima y podría provocar una emergencia y riesgo del estatus sanitario del país, pero no presentaban sintomatología relacionada con fiebre aftosa”. Señaló el funcionario.
Sin embargo, la comunidad de la vereda El Guáimaro, no quedó satisfecha con las explicaciones y ratificó su preocupación por la posible contaminación de los pozos profundos del sector.