Por: Jeinst Campo Rivera, Unimedios
128 individuos pertenecientes a 5 familias, 9 géneros y 12 especies fueron colectados por una zootecnista de la UN sede Palmira, con el fin de dejar el único registro de anuros para esta zona del país. Dos especímenes se encuentran en estado vulnerable, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Sobre la vertiente este de la cordillera Oriental de los Andes colombianos se localiza el Parque Nacional Natural (PNN) El Cocuy, un hermoso remanente de bosque de 306 mil hectáreas que, con sus 30 kilómetros de longitud y 22 picos nevados, es considerado la masa de nieve más grande del país.
En las faldas de sus serranías, entre los 500 y 900 metros sobre el nivel del mar, se realizó un estudio en el cual se registraron 128 individuos de anfibios que permitieron identificar la riqueza de anuros (anfibios) del municipio de Tame (Arauca), en temporada lluviosa.
Según Adriana Rueda Hurtado, estudiante de Zootecnia de la Universidad Nacional de Colombia en Palmira y ejecutora de la investigación, "el estado de los reptiles y anfibios (herpetofauna) en la zona del piedemonte araucano era desconocido, debido a la dificultad de acceso a la región y a la ausencia de inventarios sistematizados".
Es por ello que, con cámara y lápiz en mano, la joven científica logró establecer el primer registro de anuros (ranas y sapos) de la zona, pese a las dificultades geográficas y de orden público. La misión se logró a través de un convenio para la restauración ecológica de esta fauna en el PNN El Cocuy, firmado entre la Gobernación de Arauca y Parques Nacionales Naturales de Colombia.
Largo muestreo
Ocho meses tardó la zootecnista para recolectar y analizar los datos de los anfibios en laboratorio; utilizó como estrategia de muestreo el método de parcelas para Inspección por Encuentro Visual (VES), sobre cuadrantes de 50 x 50 metros.
"La metodología consiste en realizar recorridos por un área determinada, en donde se atrapan manualmente todos los individuos sobre la vegetación, rocas, suelo desnudo o bajo hojarasca, y se toman los datos correspondientes al estudio", afirma el profesor Carlos Jaramillo, codirector de la investigación.
Según los científicos, la técnica puede ser usada para medir la composición de especies, la abundancia relativa, la asociación de hábitats y la actividad de los animales. Así, desde primeras horas de la madrugada se adentraban en la espesa vegetación para recolectar los especímenes.
"Con la ayuda del personal del Parque, realizamos los recorridos en tres horarios durante el día. Nos tropezamos con obstáculos como la lluvia, la niebla, el terreno quebradizo y la difícil situación de orden público que enfrenta la región; por eso debíamos actuar cuidadosamente", sostiene Rueda.
Cuando los especialistas localizaban un espécimen, lo introducían en una bolsa plástica de cierre hermético junto con el material vegetal del sitio; lo numeraban según el lugar en la colección y tomaban datos como temperatura, humedad y hora de colecta; en el campamento lo pesaban y medían.
En la lista roja
Al finalizar el muestreo y analizar cada uno de los ejemplares, se contabilizaron 128 individuos pertenecientes a 5 familias, 9 géneros y 12 especies, lo cual indica un promedio de 1,7 animales encontrados por hora.
Del conjunto, 31 fueron colectados como voucher (de muestra). Después se ingresaron a la colección de herpetología del Instituto de Ciencias Naturales (ICN) de la Universidad Nacional de Colombia (la más grande del país), donde se les asignó un número de identificación.
El profesor Jaramillo explica que "la familia Leptodactylidae es la más representativa en el estudio con 44% de los géneros y 50% de las especies encontradas". De este linaje de anfibios anuros –compuesto por 95 especies que habitan desde el sur de Texas hasta el Brasil– los investigadores obtuvieron 29 registros para Arauca pertenecientes a 6 especies.
El segundo grupo más significativo fue Hylidae (ranas arborícolas comunes) con 22% de los géneros y 25% de las especies del estudio. Las familias Allobatinae, Bufonidae y Leuiperidae aportaron porcentajes iguales en cuanto a géneros y especies, 11% y 8,3% respectivamente.
Sin embargo, los expertos indican que Allobates y Leptodactylus, concretamente las especies Allobates sp. y Eleutherodactylus frater se encuentran en estado "vulnerable" (VU), según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y el Libro Rojo de Anfibios de Colombia, del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.
"Los taxones (grupo de organismos emparentados) incluidos en el grupo de los VU son aquellos que enfrentan un alto riesgo de extinción en estado silvestre, a diferencia de los incluidos bajo la clasificación de "preocupación menor" (LC), que son taxones abundantes y de amplia distribución", sostiene Jaramillo.
La población de Allobates sp. fue de 11 individuos, 5 adultos y 6 juveniles, que aunque hayan sido encontrados en una sola parcela, "significan un hallazgo importante, ya que el animal ha sido poco estudiado en su distribución geográfica, así como en hábitos de comportamiento, desarrollo, reproducción y alimentación", revela la zootecnista.
Con sello UN
Para el profesor Jaramillo, "la anurofauna hallada en el departamento de Arauca no tiene antecedentes comparables; el conjunto de datos más completo y cercano a la zona de estudio fue el realizado en 2006 por el profesor John Lynch, también de la UN, sobre la fauna de anfibios de Villavicencio".
Por ello, todos los grupos de especímenes reportados en la investigación constituyen el primer registro publicado para el departamento de Arauca. "Es una labor muy significativa para la comprensión de la biodiversidad del país", manifiesta Juan Francisco García, coordinador técnico y operativo del PNN El Cocuy.
El ingeniero forestal agrega que "dado el nivel de deterioro y amenaza del medioambiente en esta zona, los resultados fueron estratégicos y se consideran un bioindicador importante para el estado de conservación de los anuros; es un estudio pionero que sin duda alguna llena los vacíos de conocimiento".
Adriana Rueda concluye que los individuos de la familia Allobatinae instauran el primer registro de la especie para el departamento de Arauca y, aproximadamente, el quinto para el país. Con esta exploración exhaustiva será más fácil para las autoridades ambientales emprender la restauración ecológica del Parque; además, es un ejemplo a seguir para estudiar otras regiones poco exploradas de nuestro fértil territorio.