El pacto se cerró en enero de este año. El objetivo: contener la ofensiva de las Fuerzas Militares. Las Farc y el ELN comprendieron, entonces, que en departamentos como Arauca una alianza resultaba mejor negocio que una guerra entre guerrillas.
Lo primero que hicieron -de acuerdo con informaciones de inteligencia- fue una distribución territorial de la región. El ELN se quedó con municipios como Arauca, Tame y Puerto Rondón; y las Farc con Arauquita y Saravena.
Así las cosas, cada guerrilla habría prometido respetar dicha repartición y trabajar en dos misiones comunes: aumentar los recursos para financiar ambas tropas y fortalecer el trabajo político con las comunidades.
Con las reglas ya definidas, en marzo de este año el Secretariado de las Farc y el Comando Central del ELN emitieron un comunicado, según lo conoció el Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac), en el que oficializaban dicho acuerdo de colaboración.
El pasado sábado el país fue testigo de los alcances de la nueva dupla subversiva: catorce militares fueron asesinados en Tame (Arauca) en una emboscada que, según el mismo Comando del Ejército, fue planeada por las Farc y el ELN.
El experto en conflicto armado John Marulanda explica que la alianza en este departamento resulta efectiva a la hora de ejecutar atentados, pues cada bando se encarga de lo que mejor sabe hacer.
El ELN, por ejemplo, aporta el manejo de la comunidad, debido a que durante muchos años ha estado presente en esta región, y las Farc, por su parte, contribuyen con su capacidad militar y conocimiento en explosivos.
“En este caso todo les funcionó muy bien, sobre todo al ELN en su trabajo con la población. Tan es así que la comunidad sabía del ataque, hizo caso a la advertencia de no salir de su casa después de las nueve de la noche y no le avisó a la Fuerza Pública”, sostiene Marulanda.
Aunque en Arauca el pasado 20 de julio, Día de la Independencia, otros quince militares murieron en un atentado en el municipio de Fortul, el de este fin de semana sería el primer ataque conjunto.
Según lo han revelado algunos habitantes de la zona, que pidieron la reserva de su nombre, la emboscada fue planeada en su totalidad por el Frente Domingo Laín del ELN, que habría instalado los explosivos en la casa ubicada entre las veredas Bedoyes y Flor Amarillo; mientras que guerrilleros de la columna móvil Alfonso Castellanos de las Farc se encargaron de la vigilancia de la zona e instalaron un perímetro para cercar a la Fuerza Pública, en caso de que llegaran refuerzos.
Amigos por interés
A pesar de que Arauca es la región donde la alianza Farc-ELN estaría más fortalecida, en otros departamentos del país también se habla de una nueva amistad por conveniencia.
De acuerdo con las investigaciones del Cerac, en Casanare también existe un pacto entre el Frente José David Suárez del ELN y el Frente 28 de las Farc, que se unieron para sacar provecho de los proyectos minero energéticos que se están adelantando en la región.
En Nariño, por ejemplo, ambas guerrillas se respetan corredores de movilidad para el contrabando y el tráfico de armas y drogas.
Y aunque el ELN no tendría más de 150 hombres en el Cauca -según fuentes e inteligencia militar-, un informe de la Corporación Nuevo Arco Iris reveló que el año pasado esta guerrilla aumentó en un 100% sus ataques en la región (con respecto al 2011), gracias a que se alió con las Farc para combatir a la Fuerza Pública y a ‘los Rastrojos’. Incluso, en enero del 2012 los dos grupos ejecutaron un atentado en el Cerro Santa Ana, en el municipio de El Tambo.
¿La otra ‘Ley de Víctimas’?
Convertirse en aliados en el campo de batalla fue un camino largo para el ELN y las Farc, sobre todo en Arauca, donde entre el 2005 y el 2010 estas guerrillas protagonizaron una disputa a muerte.
¿Cómo llegaron, entonces, a tener una alianza tan sólida? Investigadores del Cerac cuentan que el pacto se mantiene vivo gracias a un soporte que va más allá de las estrategias económicas. Se trata de una ‘comisión social’, compuesta por ocho miembros: cuatro de los frentes 10 y 45 de las Farc y cuatro del Comando Central del ELN.
“La alianza militar fue posible gracias a esta figura. La misión es reparar el daño que hicieron ambos grupos cuando mantenían su guerra en la zona. Entonces, una mujer puede llegar a la comisión y exigir una reparación porque le quemaron su casa en un ataque guerrillero”, explica el investigador Juan David Velasco.
Se trata, entonces, de una especie de ‘Ley de Víctimas’, que desde este año se ha instaurado en Arauca para superar los odios entre ambas guerrillas y, de paso, ganarse a la comunidad.
Para Velasco eso quiere decir que la relación entre las Farc y el ELN no es solo por motivada por los negocios ilícitos, sino que los dos bandos están trabajando de la mano en un proyecto de masas. “Es una relación político-económica que busca poner a la población de su lado”.