La comisión conjunta para la ordenación de la cuenca del río Guacavia se reunió en Corporinoquia. Dicha comisión que es presidida por Minambiente contó con su delegado, los representantes de Corporinoquia, Cormacarena, Corpoguavio y Parques Nacionales Naturales de Colombia debido que la influencia de la cuenca nace en el Parque Nacional Natural Chingaza.
Con la reunión se buscó abordar el desarrollo del convenio y se realizó la presentación de la consultoría, del equipo técnico, el cronograma de actividades, el acercamiento con las Corporaciones para suministro de información, así como la continuación del convenio a fin de complementar las fases restantes del proyecto y el estimativo de los recursos faltantes.
Corporinoquia cuenta con la menor superficie de la jurisdicción de la cuenca con un 17% del área total mientras que Corpoguavio posee el 30% y Cormacarena un 53% con un aproximado de 85 mil hectáreas. No obstante y debido a que estos datos provienen de Minambiente, una de las tareas a cumplir dentro del plan de ordenación es definir los límites de la cuenca y obtener el área exacta.
La ordenación de las cuencas hidrográficas van encaminadas a la conservación y la recuperación de estas fuentes hídricas y se constituyen como normas de mayor jerarquía que priman sobre los Planes de Ordenamiento Territorial por lo cual son documentos de obligatorio cumplimiento a la hora de planear a futuro el desarrollo de los entes territoriales.
A su vez están enfocados a la formulación de proyectos que permitan la recuperación de las cuencas que están sometidas a afectaciones ambientales por actividades antrópicas como la deforestación, captación de agua, y extracción de material, entre otras.
Actualmente el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible se vio en la necesidad de modificar la normatividad y establecer el Decreto 1640 de 2012 para la formulación de planes de ordenación y manejo de cuencas hidrográficas, en donde adicional a las fases de aprestamiento, diagnóstico, prospectiva y formulación, se ha enfatizando en la gestión del riesgo por motivos del cambio climático (fenómenos del niño y la niña) y la identificación de acuíferos con el objetivo de formular planes de manejo ambiental para la protección de las aguas subterráneas y su uso a futuro.