La oficina para la Prevención y Atención de Emergencias y Desastres de la Gobernación de Casanare, entregó 410 ayudas humanitarias a familias indígenas de Betania, comunidad étnica asentada sobre el resguardo indígena Caño Mochuelo en el Municipio de Paz de Ariporo, donde 32 núcleos familiares resultaron afectados por un incendio forestal que arrasó los cultivos de pan coger.

Durante la entrega de los utensilios de cocina, elementos de aseo, dormitorio y mercados, el capitán de esta comunidad, Luciano Nuchabo Pabudo, agradeció a la administración departamental el apoyo que mitigó el impacto del fenómeno producido por el intenso verano. Así mismo, instó a los miembros de la comunidad a seguir cultivando, dado que es una comunidad dedicada a la agricultura, llamó también, a la prevención de incendios y al aprovechamiento y cuidado del agua en temporada de sequía.

“Miembros del Consejo municipal y departamental de Gestión del riesgo de Desastres, coordinados por la ingeniera Adriana Hernández, llegamos al resguardo Caño Mochuelo comunidad de Betania del pueblo Masiben, Masiwuare, a prestar asistencia humanitaria a 32 familias indígenas, afectadas por incendio forestal a sus conucos, como también al banco de semillas.

Es de anotar, que esta comunidad ha venido capacitándose durante cuatro años, con un programa permanente por misioneros Claretianos quienes han brindado conocimiento en el sector agropecuario, lo que ha permitido que esta comunidad mantenga diferentes variedades de cultivos, especies forestales y un vivero de multiplicación de especies nativas y especies menores.

Los cuales la mayoría de ellos fueron reducidos en cenizas” manifiesta Elcy Rojas, técnica de apoyo de la oficina para la gestión del riesgo de desastres de la Gobernación, responsable de entregar la asistencia humanitaria.

Durante la visita, se brindó además, capacitación relacionada frente a incendios forestales, ofreciendo conocimiento sobre qué se debe realizar, antes, durante y después de una conflagración.

De esta manera, la Administración del desarrollo a toda marcha, atendió la calamidad sucedida en las comunidades indígenas de Paz de Ariporo, minimizando el impacto social que un evento como este acarrea para la población, especialmente en niños y adultos mayores, considerados de mayor vulnerabilidad, quienes presentaban una crítica situación de hambruna.