En la plenaria de la Cámara, el representante a la Cámara Jorge Camilo Abril Tarache advirtió que en la actualidad no están dadas las condiciones para que en Casanare, se utilicen técnicas de explotación petrolera que aún no cuentan con una evaluación científica, sobre las afectaciones que podría ocasionar las mismas al medio ambiente.
En constancia que sustentó en la Plenaria, Abril Tarache dijo que no sólo se redujo de manera alarmante el monto de regalías, sino que ahora se pretende implementar la técnica del "Fracturamiento forzado" (rompimiento agresivo del subsuelo), para la exploración y explotación de yacimientos no convencionales, con el agravante de que aún está pendiente por resolver el actual deterioro ambiental en el Departamento, con más dos décadas de actividad petrolera.
El dirigente político explicó que este proceso de Fracturamiento forzado puede afectar acuíferos potenciales para el abastecimiento humano, como también causar daños en las formaciones del subsuelo, que irremediablemente afectaría el ciclo natural del campo, "lo que genera menores posibilidades de recobro de petróleo a largo plazo", enfatizó.
ConstanciaComo representante a la cámara por uno de los departamentos petroleros que durante los últimos 40 años le ha aportado importantes recursos en hidrocarburos al país, dejo constancia que en la actualidad no es tan dadas las condiciones para que en el territorio casanareño, se apliquen técnicas de explotación petrolera que no brindan la certidumbre científica frente a las consecuencias ambientales que de estas se puedan derivar.
No es pertinente ni mucho menos justo, que además de castigarnos con la drástica reducción de las regalías, hoy se pretenda aplicar la técnica del FRACTURAMIENTO FORZADO (FRACKING) para la exploración y explotación de yacimientos no convencionales, cuando aún están pendientes muchas cuentas ambientales y sociales por resolver.
Desde 1974, cuando se inicia la explotación petrolera en Casanare, los pasivos ambientales están por resolverse, miles de millones de barriles de aguas asociadas que en algunos casos están cargadas de fenoles, salinidades de hasta 20.000 partes por millón y altas temperaturas, se han vertido a cuerpos de agua y sabanas con el consecuente impacto ambiental que nunca se compensó.
Vino el descubrimiento de Cusiana y Cupiagua, lo cual le significó en su momento la tranquilidad económica al país, pero lo que no se ha reconocido a nivel Nacional, es que para el desarrollo de estos campos en la perforación de sus pozos se utilizaron lodos base aceite, cargados con metales pesados y hoy en día se encuentran sembrados en importantes y estratégicos lugares de recarga hídrica del piedemonte Casanareño millones de metros cúbicos de cortes de perforación, que deben estar liberando su carga mortal.
La tragedia de la técnica del fracturamiento, no es nueva en Casanare, esta se viene aplicando en campos convencionales con iguales o peores consecuencias ambientales y económicas como consecuencia de la utilización de altas cargas de químicos, que en la ejecución del proceso de fracturamiento, pueden llegar a acuíferos potenciales para el abastecimiento humano y causar daños en las formaciones afectando la vida de los campos, lo cual genera menores posibilidades de recobro de petróleo a largo plazo.
No es aceptable, que estemos recurriendo a tecnologías que generan incertidumbre ambiental, con el único propósito de garantizarle a la Nación incrementar las reservas de hidrocarburos, cuando en la actualidad se queman miles de millones de pies cúbicos de gas en el piedemonte llanero de Casanare, porque el gas no fue considerado en un comienzo como parte fundamental del negocio de los hidrocarburos y por esta razón se diseñaron los centros de producción petrolera, no para ahorrar y conservar el gas, sino para quemarlo.
Desde el 2002, se flexibilizaron los contratos petroleros, se adecuaron todos los marcos regulatorios en materia petrolera para favorecer a la industria, sin tener en cuenta la problemática regional, hoy en día transitan por las vías terciarias y secundarias de Casanare, miles de tractomulas transportando petróleo, acabando con las inversiones realizadas por los municipios y el departamento, como si el transporte no hiciera parte del negocio petrolero y que además también no cobran al momento de liquidar las regalías.
Como si fuera poco el tema de las compensaciones ambientales se ha manipulado en beneficio de las empresas petroleras, en el 2006 se reglamentó el artículo 43 la ley 99, con la expedición del decreto 1900, dejando en el limbo las obligaciones ambientales por el uso del agua que tenían que realizar las compañías petroleras y de esta manera se dejaron de compensar cientos de millones de dólares por parte de este sector.
Además de lo anterior se penalizó la protesta ciudadana, los mecanismos de participación ciudadana como las acciones populares y las consultas populares, se modificaron lo cual ha desestimulado su aplicación, el denominado SINA: Sistema Nacional Ambiental, desde su creación ha dejado muchos interrogantes en la comunidad; perdieron la vida muchas personas que opinaron sobre la problemática ambiental, en 1998, fue asesinado el único director de Corporinoquia, que abrió el debate al tema ambiental y en especial al petrolero.
Con estos antecedentes y por la inconveniencia ambiental de utilizar técnicas de exploración y explotación que no gozan de certidumbre técnica ni científica, dejo constancia que no estoy de acuerdo, con su aplicación, ya que de aplicarse, se reafirmaría la teoría que hacen nuestros campesinos en cuanto a que el mal manejo de nuestros recursos primarios, nos conllevará a la MALDICION DE LOS RECURSOS NATURALES