[video=] De los cuatro departamentos que conforman la Orinoquia colombiana, Casanare es el más óptimo para incentivar la cría de ganado y algunos cultivos (con la implementación de algunas prácticas de manejo debido a sus suelos ácidos).
Aunque este plus es altamente conocido por sus pobladores, su potencial actual se queda corto con la capacidad que cuentan sus tierras.
Según el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC), actualmente el 18,8% presenta algún desarrollo agropecuario (en su mayoría ganado), cuando sus tierras arables están presentes en el 31,2%.
Sin embargo, la actividad agropecuaria ya consolidada se realiza en algunos terrenos no aptos para tal fin. Este caso se da principalmente sobre el margen occidental del Casanare, en los municipios de Sabanalarga, Monterrey, Chámeza, Recetor, Aguazul, Yopal, Nunchía y Támara, cuyas zonas son consideradas tierras no arables para el uso agroforestal.
Por el desaprovechamiento productivo, el porcentaje de tierras para el uso forestal y de conservación es más elevado de lo que debería ser; tiene 67,1% de su área para actividades como sistemas agroforestales, forestales, agroforestería, cultivos semipermanentes o protección, pero en la realidad se dan en el 70,9%.
Este anuncio fue hecho hoy por el IGAC en la conmemoración del Día Mundial del Suelo, fecha que fue celebrada por la entidad en un evento simultaneo en los 21 departamentos con los suelos más afectados por la sobrecarga agropecuaria. En Yopal el evento fue presidido por el director Territorial Casanare Niyer Lozano Vallejo.
El Director General del IGAC, Juan Antonio Nieto Escalante, enfatizó que Colombia aún no ha dimensionado la urgente necesidad de proteger y hacer un uso adecuado del suelo.
“A pesar de ser un territorio con una gran diversidad de suelos, hemos desaprovechado nuestro potencial agrícola, extralimitado la ganadería y afectado los ecosistemas estratégicos. Esto se debe a que no hacemos un uso de la información, la cual indica detalladamente las zonas aptas para usos agrícolas, pecuarios, forestales y de protección”.
El funcionario puntualizó que en los nuevos aires de paz que ya se respiran en Colombia, la información del IGAC se convierte en un insumo de primera mano para poner en marcha lo contemplado en la reforma rural integral del Acuerdo de Paz, la cual incluye aspectos como el acceso y uso de las tierras improductivas, la formalización de la propiedad, la frontera agrícola y la protección de zonas de reserva.
“Los suelos serán la base fundamental para el nuevo ordenamiento integral del país, y para alcanzar la tan anhelada paz, una razón de más para que empecemos a protegerlos”.
Otros hallazgos
El IGAC reveló que Casanare es el departamento número 15 del país con mayor porcentaje de su área con conflictos de uso del suelo, el más destacado en la Orinoquia.
El 42,3% de sus suelos presenta un uso inadecuado: 31,5% por subutilización y 10,8% por sobreutilización. Esto se debe a que muchas de las tierras con capacidad productiva están siendo desaprovechadas.
Entre tanto, el 48,1% respeta la verdadera vocación y capacidad del suelo.
El territorio cuenta con estudios semidetallados en solo el 9% de su área, un factor que impide que su ordenamiento productivo y ambiental se realice de manera acorde a las características de sus suelos.