La Unión Sindical Obrera en Tauramena denunció en un Comunicado, los señalamientos que calificaron de “injustos” por parte de la empresa Sicim – Colombia, realizados contra los trabajadores que laboran en la construcción del gasoducto Cupiagua – Cusiana en Aguazul y Tauramena.
Este es el comunicado “expresamos nuestro contundente rechazo a las temerarias acusaciones expresadas por el señor ELIZONDO (Francisco Elizondo) en el marco de una reunión en el Concejo de Tauramena.
Las graves denuncias realizadas por el alto funcionario de la empresa SICIM efectuadas el 29 de marzo, en el seno del Concejo Municipal de Tauramena, señalaron “que dentro de la empresa habían guerrilleros infiltrados” y que la avería que sufrieron las máquinas que derramaron aceite hidráulico, lo cual contaminó el Río Cusiana y generó la muerte de una cantidad considerable de peces, “quizá la realizaron los trabajadores porque tiene pruebas que se les hecho azúcar al sistema para generar el accidente.”
Mientras las comunidades presentaron pruebas de la contaminación, los representantes de la empresa no presentaron las suyas y se limitaron ha acusar y juzgar a los trabajadores sin fundamento y de manera temeraria, atribuyéndose para sí, la reserva que tiene la fiscalía general de la nación para imputar responsabilidad penal a los presuntos responsables de una conducta ilícita.
De otro lado, denunciaron los trabajadores directamente a funcionarios extranjeros de esta empresa (Italianos) que son objeto de mal trato, incluso llegando a recodarles a sus progenitoras. Este tipo de conductas reiteradas por parte de los señores italianos, se ha presentado no solo en Aguazul, sino que se han presentado en Tauramena, la zona de paz de Ariporo, Corozal y Tame – Arauca, incluso en esta última localidad alguno de ellos ha manifestado a otro trabajador que los matarán que él tenía dólares para pagarlos incluso ha llegado a agredir físicamente a los trabajadores.
Repudiamos este tipo de conductas violatorias de los derechos fundamentales, las cuales no pueden justificarse, como lo ha manifestado el señor ELIZONDO, “que eso obedece a una cuestión de genes”, lamentamos esa ridícula justificación de la empresa y expresamos nuestro más contundente y vehemente rechazo a este tipo de conductas agresivas y desmedidas.
Con la firma de un contrato de trabajo los trabajadores no venden su dignidad, ni renuncian a ninguno de sus derechos fundamentales o los demás que les otorga la constitución y la ley. Tamaña paradoja que mientras se supone que los referidos señores vienen de naciones desarrolladas donde el respeto por los derechos humanos tiene un avance excepcional, consideren que los colombianos somos poca cosa y personas inferiores a ellos, se equivocan de cabo a rabo, nuestro país inmerso en una guerra fratricida sin fin, hemos avanzado en entender y defender esos derechos, y no estamos dispuestos a tolerar, por muy extranjeros que sean o muy enredado que hablen este tipo de tratamiento.
Cualquier situación en contra de los trabajadores/as o cualquier hecho atentatorio contra la vida e integridad contra los trabajadores o miembros de la comunidad, será responsabilidad de la empresa y del estado colombiano, y exhortamos a los funcionarios públicos que fueron testigos de esas acusaciones, entre ellos un miembro de la policía nacional a informar este tipo de comportamiento para que se inicien las investigaciones del caso”.