En un dramático relato Jorge Avendaño contó cómo fueron asesinados sus dos hijos en un falso positivo del Ejército ejecutado en Hato Corozal.
Luis Guillermo Robayo Mora de 25 años y Rubén Darío Avendaño de 14 años se desplazaban en una buseta desde la vereda Las Tapias hacia el casco urbano de Hato Corozal, cuando fueron interceptados por uniformados del Ejército y los bajaron del vehículo, señaló Jorge Avendaño al reclamar justicia.
“La información de la muerte de mi hijastro y mi hijo me la entregó el otro hijo que estudiaba en Sácama, reclamamos los cuerpos y según la necropsia habían sido torturados, degollados, uno tenía los dedos reventados y al otro le habían echado un líquido que le quemó el abdomen”, dijo don Jorge al señalar que su familia solo se dedicaba a la ganadería.
Los hechos se presentaron en el 2007, “la vida de un ser humano no tiene precio y yo reclamo justicia”, dijo don Jorge al afirmar que espera la verdad a través del sistema de Justicia Especial para la Paz.
Añadió que se han citado audiencias en Hato Corozal y han sido aplazadas frustrando el derecho a saber la realidad sobre los responsables y las circunstancias de la muerte de sus hijos.