Estadísticas alarmantes de los estragos causados por incendios forestales en este verano entregó el Comité Departamental de Gestión del Riesgo, que incluye dos personas muertas, una casa quemada, un vehículo incinerado y aproximadamente 78.200 hectáreas afectadas.
El daño ambiental causado por el fuego incluye morichales, sabana nativa, árboles, pastos mejorados y cercas.
Igualmente, la muerte de innumerables especies de fauna, entre los animales más afectados están serpientes, aves (crías y huevos), osos, venados, cachicamos y ganado.
Las conflagraciones no solo matan animales, también los ahuyentan y desertifican los suelos.
Los incendios forestales a menudo comienzan inadvertidos y se propagan rápidamente saliéndose de control. La práctica recurrente en Casanare de quemas “controladas” es su principal causante.
El hombre con sus acciones depredadoras, la débil decisión de las instituciones como la Corporación Autónoma Regional de la Orinoquia para generar acciones preventivas, la poca cultura de los entes territoriales de integrar los riesgos ecológicos en la planificación, los fenómenos naturales recurrentes, la falta de información y la escasa investigación sobre los impactos locales que generan los incendios forestales, genera un alto costo expresado en la perdida de los recursos boscosos, incremento de la deforestación, disminución de la diversidad de fauna y flora, debilitamiento de la vegetación predisponiéndola al ataque de plagas y enfermedades.
Además, efectos sobre el aire. El humo y las partículas incandescentes producto de los incendios forestales generan sobrecalentamiento del aire, contribuyendo a la contaminación.