Nuevamente los arroceros se excedieron en la siembra este año, la expectativa era de 520 mil hectáreas y se sembraron más de 600 mil lo que conllevó a una sobre oferta y por ende los precios resultaron ser poco rentables, informó Juan Gonzalo Botero, viceministro de asuntos Agropecuarios al término de una reunión con el gremio del Casanare.

Según Botero, desde Presidencia de la República se redujo la importación del cereal, aseguró que a la fecha solo se ha permitido la importación de 7.532 toneladas de arroz de un contingente de más de 222 mil toneladas.

Igualmente anunció que se destinaron mil millones de pesos para desarrollar una campaña promocional de consumo de arroz a nivel nacional para lograr una salida de inventario. Se destinaron 5.500 millones de pesos como un subsidio a la comercialización de arroz paddy verde en el departamento de Norte de Santander. Se destinaron 29.000 millones de pesos para un programa para la compra de arroz integral por parte de la industria de concentrados del país y se emitió por parte del Ministerio de Agricultura una Resolución que incentiva el almacenamiento de arroz durante el segundo semestre hasta por 50.000 millones de pesos, con lo que se permitiría el almacenamiento durante el segundo semestre permitiendo el bodegaje de 415.000 toneladas, es decir el 40% de la cosecha del segundo semestre.

Botero informó que se estableció en Casanare un programa de 20.000 millones de pesos a la comercialización donde se haría un programa “1 a 1” es decir el Gobernador Salomón Sanabria pondría recursos iguales para la venta.

El plan de ordenamiento arrocero empezará a ser socializado para evitar desórdenes en el sector, tras la queja reiterada año tras año, pues incluso arroceros provenientes del Huila y otros departamentos llegaron a Casanare y se establecieron para sembrar arroz.

Por su parte el agricultor de Casanare Juan Bernardo Serrano, dijo que la visión de los arroceros fracasó, no hay una política clara y Fedearroz está dedicado más a la comercialización que a la defensa de los agricultores. Señaló que la industria molinera sigue haciendo de las suyas sometiendo a los productores a sus condiciones y confirmó que el consumo del cereal se disminuyó, lo que genera aún más el caos para el gremio que ahora no sabe qué hacer con su producción.