La Asociación Colombiana del Petróleo, ACP, señaló que la decisión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, OPEP, de mantener su nivel de producción en 30 millones de barriles diarios (en lugar de reducir la oferta para buscar un incremento en precios) era previsible, pues se trata de una puja por el mercado entre productores tradicionales y nuevos productores. La ACP señaló también al impacto que tendrá en la industria petrolera en Colombia y en las finanzas públicas del país.

Con esta decisión, el precio del crudo continuará siendo comparativamente bajo por un tiempo indeterminado que podría extenderse al 2015. Lo más probable es que lo anterior lleve a algunas empresas a reducir costos y a ser más selectivas en sus inversiones, tanto a nivel internacional como dentro de cada país. De ahí la importancia de cerciorarse que Colombia continúe siendo un país atractivo, para lo cual es fundamental contar con un régimen fiscal competitivo, estable y predecible, y condiciones apropiadas para operar.

Es infortunada la combinación de precios bajos, incremento en los impuestos, y costos altos para operar. Los precios no dependen de Colombia, el régimen fiscal y la posibilidad de operar sí. El Gobierno Nacional y la industria, representada por la ACP, trabajan para mejorar las condiciones de operación.

Es igualmente importante revisar la carga fiscal que el proyecto de reforma tributaria le impone a la industria, pues los estimativos indican que terminaría pagando el 20% de la reforma, lo cual es inequitativo, y resulta contraproducente en momentos de precios bajos y cuando el país requiere más producción y exploración. Más en un escenario regional en el que otros países hacen esfuerzos por atraer inversión.

Con la reforma tributaria planteada, el Government Take (proporción de cada dólar por barril con la que se queda el Estado) subiría del 70% al 75%. Y la combinación de impuesto a la Renta y CREE llegaría hasta el 43%. México, por el contrario, está en 30%; Perú en 26%; Estados Unidos, entre 15% y 35%; Canadá 15%. Es decir, la competitividad actual de Colombia podría quedar comprometida, más debido a los altos costos operativos del país.

La tendencia de las compañías ante este panorama (caída de precios y Reforma Tributaria) podría ser, además del recorte en gastos de operación, la priorización de proyectos de aumento o sostenimiento de la producción para obtener flujo de caja que les permita sostener su operación en el país.

Esto significa, en otras palabras, un posible recorte en los proyectos de exploración o en aquellos menos rentables, donde la competitividad de Colombia juega un papel determinante para mantener el flujo de recursos hacia el país.

Lo anterior preocupa dado que el país además de un incremento en producción (para regresar al millón de barriles día), requiere invertir en exploración para incrementar sus reservas (estimadas hoy en 6,6 años). Lo que la industria pagaría cada año en razón de la reforma tributaria ($2,6 billones por año) es el costo de una campaña exploratoria por año.

Permitir que se concreten las inversiones en exploración y producción, y por esta vía se impulse el incremento en los volúmenes de producción, es una oportunidad también para el Gobierno Nacional y el país de compensar la caída en precios internacionales y mantener los ingresos fiscales esperados. El marco fiscal del Gobierno fue elaborado con precios de 98 dólares el barril, cifra superior a la que posiblemente se registrará en 2015. Por ello, para mantener los ingresos fiscales esperados del sector se requiere aumentar la producción de petróleo en cerca de 100 mil barriles días, de lo contrario el próximo año los ingresos del país podrían reducirse considerablemente (por cada dólar menos, sostenido en un año, el impacto en las finanzas del Estado es de 400.000 millones de pesos).

La ACP reconoce y agradece la disposición del Gobierno Nacional no solo a dialogar en torno de la reforma tributaria, sino el compromiso de las entidades para superar los “cuellos de botella” a nivel operativo, para que la industria continúe siendo la principal impulsora del desarrollo regional y la principal aportante en los Ingresos Corrientes de la Nación. (En 2013 aportó $31 billones de pesos, $24 billones en impuestos y derechos contractuales, y $8 billones en Regalías. Además de $35 billones en compra de bienes y servicios, $700,000 millones en programas de Responsabilidad Social Empresarial, y 120,000 empleos).