Por Manuel Alejandro Acero Cristancho

El 22 de noviembre la Cruz Roja Colombiana celebra los 68 años de la Agrupación de Socorrismo, quienes a lo largo de estos años han asumido las acciones de asistencia en caso de emergencia y son el eje para el cumplimiento de la misión de prevenir y aliviar el sufrimiento de todos los colombianos que lo necesitan, evocando siempre el espíritu humanitario del Movimiento.

Hoy es una oportunidad para exaltar la gran labor humanitaria que realizan hombres y mujeres que decidieron por vocación y de manera desinteresada ayudar a aliviar y prevenir el sufrimiento humano de aquellos que más lo necesitan. Ellos prestan su servicio en las labores institucionales de la sociedad Nacional de la Cruz Roja Colombiana en las áreas de Protección, Asistencia, Educación, Salud y Bienestar Comunitario.

La agrupación de socorrismo es un grupo voluntario nacional que hace parte de la Sociedad Nacional de la Cruz Roja Colombiana, fue instituido mediante Ley 49 de 1948 y reglamentado por el Decreto número 4231, articulo 1 Literal b del mismo año, con el ánimo de asumir las acciones de asistencia en caso de emergencia.

La Agrupación de Socorristas y el Socorro Nacional de la Cruz Roja Colombiana están fortaleciendo sus equipos especializados en Búsqueda y Rescate, que permita una mejor operación en terreno cuando se presenta una emergencia, los equipos que se adquirieron están enfocados en las líneas de rescate vehicular, Acuático, Protección, rescate con cuerdas, KSAR y equipo de comunicaciones, estos equipos se adquirieron debido aún excedente de la Lotería de la Cruz Roja Colombiana.

La Agrupación de Socorristas de la Cruz Roja Colombiana en el primer trimestre del año 2016, cubrió alrededor de 126 emergencias relevantes en Colombia, esta atención se brindó en accidentes de tránsito, avalanchas, crecientes de rio, derrumbes, estructuras colapsadas, incendio estructural, incendio forestal, inundaciones y vendavales.

El socorrista siempre está dispuesto a afrontar con responsabilidad, disposición, fuerza, empeño y dinamismo las situaciones que tenga que enfrentar, sin importar que el agua le llegue al cuello o el sendero este cerrado se abren camino para salvaguardar y proteger la vida de las personas.

Durante estos 68 años los socorristas de la Cruz Roja han estado presentes en diferentes calamidades nacionales como: el incendio del edificio de Avianca en 1975, Toma de la Embajada de Republica Dominicana en 1980, Tsunami en Tumaco en 1979, Terremoto de Popayán en 1983, Palacio de Justicia y Avalancha de Armero en 1985, Avalancha del Rio Páez en 1995, Terremoto del eje Cafetero en 1999, Terremoto Haití en 2010, Ola invernal en 2011, Avalancha de Salgar en 2015 y Terremoto de Ecuador en el 2016.

Los socorristas están siempre listos para actuar con esperanza, protección y seguridad, contribuir al cumplimiento de la misión institucional como grupo operativo con gran capacidad de respuesta para atender las emergencias que se presentan a diario, sin descuidar la presencia comunitaria enfocada en especial a los núcleos sociales más vulnerables, buscando el mejoramiento del tejido social y desarrollo de las comunidades para integrar una sociedad con sentido humanitario y solidaria.

Los 6.000 socorristas voluntarios de la institución hacen parte esencial para el cumplimiento de los principios y valores humanitarios del movimiento ellos poseen un espíritu participativo, abierto y desinteresado, cualidades fundamentales para su existencia y para contribuir de manera significativa a las comunidades de todo el país.

Este año, la Cruz Roja Colombiana conmemora esta fecha tan especial resaltando sobre todo la esencia del espíritu voluntario de los socorristas, exaltando las raíces de ese voluntario que lucha incansablemente por los demás sin esperar nada a cambio, que pasa horas al lado de las personas necesitadas y que tiene como mayor satisfacción la sonrisa o las palabras de agradecimiento de las comunidades a quienes beneficia.

La mirada agradecida de un niño, la sonrisa de una mujer que recibió ayuda, el saludo cordial del campesino o el gesto de gratitud de otro rescatista constituyen la mejor y más grata recompensa de un Socorrista de la Cruz Roja Colombiana.