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El transporte de carga está en crisis. Matricular un vehículo se volvió un karma y las ventas de tractomulas están por el piso. ¿Otro globo que se desinfla?
La fiesta se acabó. Luego de que 2011 fuera uno de los mejores años en ventas de tractomulas en el país, este año pinta desastroso.
Dos ejemplos confirman esta tesis. Kenworth vendió el año pasado 5.000 tractomulas, mientras que a agosto del presente solo ha logrado colocar 250. En el caso de la comercializadora de vehículos pesados Navitrans, la situación es muy parecida. En julio pasado se registró un descenso en las ventas de 70% asociado a los problemas de orden público y voladura de oleoductos.
Semejante dependencia con el transporte de crudo tiene a más de un empresario del sector con los pelos de punta. “De cada 100 tractomulas que se venden, unas 70 van para atender la demanda en transporte de hidrocarburos. La red de oleoductos moviliza unos 700.000 barriles y el resto va en las tractomulas”, explica Humberto Duque, presidente de Navitrans Colombia.
De acuerdo con los empresarios, las ventas se podrían estancar aún más en el último trimestre de este año, cuando entre en operación el primer tramo del Oleoducto Bicentenario que ayudará a sacar más crudo de los Llanos Orientales a la región Caribe, pero que dejará a más de un transportador de Casanare y Arauca con los brazos cruzados.
De hecho, Asecarga, gremio de los transportadores, cree que producto del descenso en la producción petrolera en el piedemonte llanero, unos 4.000 camiones cisterna no encuentran qué hacer. Otros mil tractocamiones estarían en la misma situación en las minas de carbón de la Jagua de Ibirico (Cesar), luego de que entrara en operación una línea férrea.
“Es una voz de alerta. En el país sobran unas 10.000 tractomulas, muchas personas se metieron a este negocio sin conocerlo, compraron con sus ahorros un tractocamión y ahora no saben qué hacer”, afirma Jairo Herrera Murillo, presidente de Asecarga. El mismo gremio realizó un estudio el cual concluye que las pérdidas mensuales derivadas del lucro cesante ascienden a cerca de $300.000 millones.
Como si fuera poco, las grandes empresas que hoy contratan camiones y tractomulas (generadores de carga) están constituyendo sus propias compañías de transporte pues se dieron cuenta de que podían bajar costos y su producción podría estar menos expuesta en caso de paros.
La mafia de las tractomulas
El diagnóstico del sector no estaría completo si no se hablara de la mafia que está detrás de la matrícula de tractomulas.
Los hallazgos en ese frente son alarmantes. El Ministerio del Transporte advierte que unas 10.000 matrículas de tractomulas están viciadas por documentación falsa. Pero al interior del mismo organismo se habla de que la cifra puede llegar a 40.000 inscripciones con problemas.
¿Quién está detrás de todo esto? ?Según la directora de Tránsito y Transporte del Ministerio, Aida Lucy Ospina, hay toda una estructura criminal alrededor de esta práctica. En el escritorio de la funcionaria hay 1.500 denuncias penales en investigación por irregularidades en los procesos de matrícula.
Todo esto le representó a Ospina amenazas de muerte en marzo del presente año. Lo mismo le pasó a la directora de Tránsito del Atlántico, Eliana Margarita Cerón Guevara, luego de denunciar que con una sola póliza de chatarrización se ampararon 14 tractomulas en esa zona del país.
También es necesario mencionar los problemas que subsisten con el Runt. Aunque el Ministerio de Transporte defiende a capa y espada el contrato, y culpa a los organismos regionales de tránsito por los males en los trámites, los transportadores e importadores están furiosos con el Registro en concesión.
“A la fecha tengo 320 tractomulas sin matricular en un lote ubicado en la avenida Ciudad de Cali de Bogotá. Aparte de que las ventas se han ido al suelo, matricular un vehículo se volvió una tortura”, asegura Andrés Ramírez Ríos, gerente comercial de Kenworth, quien agrega que hoy tardan más los procesos de nacionalización y matrícula en Colombia que la fabricación del vehículo en México y el transporte a puerto colombiano de las tractomulas.
El Gobierno se defiende y explica que ante las serias irregularidades detectadas en los organismos de tránsito para la entrega de placas, el 26 de junio pasado se tomó la decisión de volver más riguroso el proceso de matrícula y chatarrización.
“Queremos que se ajuicien y que suban la información al sistema de manera completa y veraz. Este cambio ha permitido frenar uno de los baches por donde nos metían los goles”, pide Ospina.
La funcionaria también anuncia que el Gobierno prepara un decreto para poner en cintura a los organismos de tránsito y otras medidas para acabar con los trámites en papel y realizarlos solo por vía electrónica.
La situación es complicada. Las medidas parecen insuficientes y la red vial no se recupera aún del K.O. que le propinó el pasado invierno. Ojalá el paro no sea la solución.