Información de Portafolio.co
La puesta en marcha del Oleoducto Bicentenario, que arrancará con el transporte diario de aproximadamente 110.000 barriles de petróleo a partir de agosto, y las exigencias de las comunidades de las zonas productoras, para que el transporte que se contrate sea local, tienen al sector petrolero, autoridades y transportadores pensando qué hacer para garantizar la permanencia de la flota que durante los últimos años se ha adecuado ante la falta de una red de oleoductos.
La Asociación Nacional de Empresas Transportadoras de Carga por Carretera (Asecarga), advierte que el país se expone a una crisis en la movilización terrestre de hidrocarburos, pues en los últimos años el sector petrolero ha requerido mayores inversiones del sector transportador para atender su creciente producción.
Jairo Herrera Murillo, presidente del gremio, señala que según los datos de las empresas se calcula que en la actualidad hay unos 7.300 tractocamiones dedicados al transporte de hidrocarburos, de los cuales únicamente se requieren unas 4.000 unidades para atender la demanda actual.
Esto se traduce en una sobreoferta del 45 por ciento del total del parque disponible, lo que llevaría a paralizar cerca de 3.300 tractocamiones que, en promedio, producen mínimo 30 millones de pesos mensuales cada uno, para un impacto del orden de los 100.000 millones de pesos.
El directivo explica que esta inactividad genera este lucro cesante y la acción jurídica del sector financiero para cobrar los créditos con los cuales se expandió la flota transportadora, lo que llevaría a la quiebra de los inversionistas propietarios de los equipos. “Las empresas encargadas de la explotación petrolera están siendo presionadas para que el crudo sea transportado por compañías de transporte con sede en dichas regiones y para que se deje al margen de esta demanda a los transportadores de otras áreas del país, aduciendo que el petróleo es de esos departamentos”, asegura el directivo.
Según Herrera, estas situaciones no se pueden aceptar bajo ninguna circunstancia, porque es incalculable el daño y el perjuicio económico que genera este desplazamiento para las empresas transportadoras y propietarios, que han invertido importantes recursos desde hace varios años para atender la demanda del sector petrolero, inversiones que hoy ya son sobreoferta.
Analizan alternativas
A finales de la semana pasada, el sector transportador de carga se reunió con el presidente de Ecopetrol, Javier Gutiérrez, el vicepresidente de Transporte de la petrolera, Jaime Bocanegra y el viceministro de Transporte, Nicolás Estupiñán, para evaluar las acciones a emprender para mitigar el impacto del mayor uso de oleoductos en la economía de las empresas que mueven hidrocarburos por las carreteras.
Algunas estimaciones son menos halagüeñas, ya que otros cálculos señalan que por la entrada en operación del oleoducto Bicentenario podrían quedar cesantes alrededor de 5.000 camiones. En el caso de Ecopetrol, sus directivas señalaron que particularmente adelantan un nuevo proceso de contratación de transporte terrestre, estudiando en una primera etapa precontractual las condiciones actuales de la operación, análisis que está incluyendo a otras firmas como Pacific Rubiales, Petrominerales y otras de menor tamaño.
En el encuentro, Ecopetrol señaló que va a continuar contratando las 2.500 tractomulas actuales durante los próximos dos o tres años, así inicie operación el tubo, ya que la importación de nafta (diluyente para los crudos pesados) se realiza por Barranquilla. Se estima que mensualmente este producto se debe trasportar en más de cinco ocasiones a todos los campos de explotación en los Llanos Orientales.