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Felipe Gómez, director ejecutivo de Agremgas, explicó cuáles son los efectos que tiene los cierres en las vías a los llanos orientales en el comportamiento de los precios y el transporte del GLP (gas propano o cilindro de gas) en el país y para el consumidor final.

“La distribución de gas en el país se ve afectada fuertemente. Hay que tener en cuenta que los dos mayores campos productores de este energético, en el centro del país, son Cusiana Cupiagua, pero también hay un importante movimiento en Piedemonte casanareño y el Meta -que también hay otras fuentes de crudo y de gas relevantes-”, precisó Gómez.

De acuerdo con el experto, particularmente, de Cusiana y Cupiagua se obtiene la mayor cantidad de gas natural para el centro del país, especialmente, Cusiana para Bogotá y zonas industriales cercanas.

Y de ahí sale cerca del 67 % - 70 % del GLP (gas propano o cilindro de gas) que se consume en Colombia, no solamente en Bogotá o en el centro, sino en todo el territorio colombiano.

“Para hacernos una idea, todas las empresas por zonas geográficas van a recoger a Cusiana y a Cupiagua, entonces el impacto es muy elevado; ahí cerca también está Termoyopal que, aunque no es un actor regulado, es un tercero que también suministra cerca de 4.800 o 4.500 toneladas por mes”, destacó Felipe Gómez.

Es decir, que estas toneladas representan entre un 7 % u 8 % adicional al gas que suministran Cusiana y Cupiagua.

Esto para el director ejecutivo de Agremgas tiene un impacto muy elevado porque las carreteras usadas para subir ese GLP (gas propano o cilindro de gas) por cisternas grandes (de 52 o 25 – 26 toneladas de carga) -ya que no hay ductos ni forma diferente de transportarlo- se ven fuertemente afectadas cada que hay un deslizamiento de tierra por diversos factores.

Vale mencionar que las rutas que pueden tomar los transportadores son la de Pajarito -para salir de Sogamoso desde Agua Azul, donde se encuentran los campos- o la vía Bogotá – Villavicencio -dando la vuelta por la marginal de la selva desde Agua Azul-.

“Con ambas vías cerradas, por ejemplo, la de Pajarito con la caída de ese viaducto el daño va a ser inmensamente grande, va a tener un impacto económico para toda la región: en los temas alimentarios y energéticos -como el combustible- va a ser tremendamente elevado”, señaló Gómez.

Añadió que “y ahora con el bloqueo de la vía Bogotá – Villavicencio quedamos totalmente bloqueados de transporte. La vía alterna propuesta es la del Sisga -que pasa por San Luis y Santa María-, pero tiene una restricción de carga para máximo 10 toneladas de peso neto; es decir, máximo son doble troques los que pueden subir por esta vía”.

Y es que no pueden subir por radio de giro y por especificaciones de la vía ningún tipo de cisterna articulada, lo que quiere decir que las restricciones son inmensas.

“El camión doble troque para para el tema de GLP (gas propano o cilindro de gas) es supremamente costoso y muy limitado, porque no hay tantos vehículos disponibles, todo se hace en el transporte en cisternas”, manifestó el experto.

Gómez precisó que, hasta el momento, además de las vías ya mencionadas no hay otras alternativas que ayuden a descongestionar y transportar ese gas para el resto del país.

¿Cómo se ven afectados los precios del GLP (gas propano o cilindro de gas)?

Según Felipe Gómez de Agremgas, el problema es que hay precios fijados que tienen unos máximos para el consumidor final que se publican todos los 15 de cada mes.

 “La fórmula tarifaria también nos da la pauta del precio de cada mes y este debe ser cerrado, está publicado y tiene un alcance de precio máximo y no debe subir de ahí”, explicó el líder de Agremgas.

El problema, de acuerdo con Felipe Gómez, no es solamente que el precio suba o baje, sino la disponibilidad del gas en los centros grandes de consumo como Bogotá, que está siendo cada vez más limitada y restringida, lo que podría generar un alto impacto económico y social.

Es por esto que el líder gremial ratificó que es importante resaltar la relevancia de la vía al llano que, pese a sus mejorías sigue siendo muy frágil, y la necesidad real de una alternativa que sea viable para la opción de la vía de la represa del Sisga – Santa María.

“Necesitamos realmente una vía que sea alterna a la de Bogotá – Villavicencio porque las opciones que hoy existen tienen grandes restricciones y curvas. Es necesaria una vía en condiciones que facilite y permita una buena transitabilidad de la carga que sube de los llanos orientales, Casanare, Meta y Arauca donde hay una riqueza energética enorme”, advirtió Gómez.