Cormacarena advirtió los riesgos para la salud humana, la agricultura y el medio ambiente que trae a especie invasora del caracol gigante africano, ante numerosos reportes sobre su presencia en el departamento del Meta.
Este caracol se encuentra entre los 100 animales exóticos invasores más dañinos del mundo, según la lista elaborada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), y puede generar graves problemas a la salud pública al proliferar enfermedades en el sistema nervioso central como la meningoencefalitis eosinofílica y digestivas como la ileocolitis eosinofílica.
La forma de contagio de estas enfermedades puede producirse al consumir moluscos o mediante el contacto directo con la baba o heces del caracol a través de los ojos, nariz o boca; por lo que evitar su consumo y lavarse las manos de forma inmediata luego de tener contacto con ellos, es primordial.
Además, se le conoce por alimentarse de más de 800 clases de plantas; lo que la convierte en un riesgo para la producción agrícola, pues gran parte de los productos que se cultivan en la región son susceptibles de ser devorados por estos caracoles; la papaya y los cítricos estarían dentro de los alimentos amenazados, por lo que controlar su reproducción es de vital importancia.
Dado que no tiene depredadores naturales que controlen sus ciclos de reproducción, se propaga y desplaza fácilmente las especies nativas de caracoles propias de la región, lo que genera un desequilibrio en el ecosistema. La Corporación advirtió que estos animales son de crecimiento acelerado y resistentes a condiciones ambientales adversas, por lo que no puede existir confianza al momento de tomar medidas para su control.