Luego de recuperar su predio de siete hectáreas, ubicado en la vereda San Miguel de Puerto Gaitán, doña Rubiela Bernal y su hijo le apostaron a la crianza de camuros, como alternativa productiva para lograr una vida sostenible.
Se trata de un animal con características similares a las de la oveja y el cabro que, contrario a tener un vellón de lana, tiene un grueso pelaje con el que se protege de las altas temperaturas. De acuerdo con la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria, Agrosavia, es una especie de oveja originaria de África que llegó a América con los inmigrantes españoles y los esclavos africanos. Es una especie que está reemplazando la carne de res, ya que requiere menos inversión y tiene un impacto ambiental menor comparado con los bovinos.
“Agradezco a la Unidad de Restitución de Tierras, por el apoyo que nos dieron para recuperar nuestra finca “La Esperanza” y después para implementar nuestro proyecto productivo de crianza de camuros que transformó nuestras vidas. La Unidad nos compró 8 hembras y un macho, nos apoyó con la construcción del aprisco y nunca ha dejado solos”, señaló la señora Bernal. Agregó que poco a poco han aprendiendo sobre el cuidado de los animales y ahora ya completan 25 camuros que cuidan y vacunan.
Por su parte, Wilson Leyton, director de la Unidad de Restitución de Tierras en Meta, indicó que la Unidad además de hacer la devolución material del predio, otorgó a la familia Bernal un subsidio por $30 millones que fue utilizado para la compra de los ovinos y la adecuación de las instalaciones; al igual que se apoyó la siembra de maíz, pasto, plátano y yuca. Así mismo, se realizaron constantes visitas de acompañamiento integral por parte del equipo de proyectos productivos.
“La cría de camuros o de ovejas criollas, se constituye en alternativa productiva y de seguridad alimentaria para comunidades rurales, por lo cual nos satisface que la comercialización de este proyecto de producción de carne ovina esté asegurada gracias a la demanda existente en la región”, sostuvo Leyton.
El caso de la familia Bernal, es un ejemplo de cómo la restitución de tierras además de garantizar la recuperación de la tierra abandonada por causa de la violencia y el retorno al campo, brinda la posibilidad de mejorar las condiciones de vida de las mujeres campesinas y de sus hijos.