Por Leonardo Puentes*

Señor Juan Manuel Santos, a escasos 13 días de una nueva elección presidencial me veo en la obligación de hacer pública mi opinión respecto a su gobierno y su nueva posibilidad de ser elegido presidente. A pesar de que hoy por hoy mencionar su nombre en casi todos los rincones de Casanare es considerado una herejía, creo que dejar de dirigirme a usted en este momento sería un error histórico del cual podría arrepentirme.

Comienzo por recordar que a su primer gran evento como presidente en Casanare, a principios de 2012, al cual como siempre dejó de asistir, y en el cual nos presentaron la estrategia que acabaría por siempre con las malas relaciones entre las comunidades y la industria petrolera, ‘Alianzas para la Prosperidad’, me presenté con una pancarta que decía: ¿PROSPERIDAD PARA QUIÉNES? Tengo que confesarle que me sentí un poco frustrado y confundido cuando me di cuenta que los numerosos manifestantes que me rodeaban frente al auditorio de La Triada, no se manifestaban insatisfechos por el trato de las petroleras. No, en sus carteles y arengas ellos defendían al gobernador de ése entonces, destituido meses después por corrupción. Sin embargo hoy tengo clara la respuesta a mi pregunta: la prosperidad no era para los casanareños.

Hasta ese momento lo único que teníamos presente en Casanare de su gestión como presidente era su rostro sonriente en la vía marginal de la selva a finales de mayo de 2011 anunciando que el tráfico vehicular sería restablecido en unas horas y felicitando a nuestra alcaldesa por haber asegurado el acueducto. Bueno y también comenzábamos a conocer el laberinto de los Órganos Colegiados de Administración y Decisión (OCAD’S) que se inventó su gobierno para ‘esparcir la mermelada –regalías- por toda la tostada’. Semejante trabalenguas como nombre no podía dar para menos. Pero lamento decirle que el cubierto que usaron para esparcirla en Casanare tiene que estar desportillado presidente, no hay otra explicación para que un pueblo que le dio más del 90% de sus votos y que aporta más al PIB nacional que cualquier otro departamento en proporción a su población, no haya recibido más que 150 casas gratis de las miles que ha entregado su gobierno durante los últimos dos años, y lo más trágico: tres años después tiene apenas en borrador los diseños del nuevo acueducto de su capital.

Por lo demás, creo que lo que hemos recibido es una muy generosa presencia del ESMAD para repeler la protesta ciudadana, que su ministro estrella (hoy candidato a Vicepresidente) decidió calificar como delito antes de pasar al Ministerio de Vivienda, y que dio lugar a memorables episodios, como la lucha de valientes jinetes en San Luis de Palenque, que terminaron doblegando las imponentes corazas de nuestra fuerza antimotines. Lamento presidente que después del episodio del acueducto en 2011 no volvimos a verlo sino en televisión. Recuerdo en particular su desafortunada declaración por allá a principios de 2013 desde Tunja: ‘la plata del acueducto de Yopal se la robaron’. Premonitoria frase presidente, creo que fue la antesala para decir a nuestros hermanos vecinos de Boyacá que ‘el tal paro ese nacional agropecuario no existe’. Pero lo realmente alarmante presidente es que parece que sí se robaron la plata, y ni siquiera valió su denuncia; qué podemos esperar de la justicia de un país en el que ni las denuncias públicas del presidente son atendidas.

De ahí para acá presidente, solo tenemos noticia de las visitas de algunos de sus ministros, unos para decir que las consultas populares tampoco existen, otros para decir que ‘sólo fueron cinco mil chigüiros, que eso no es nada, es el cambio climático’. Otros un poco más atrevidos han dicho que la industria petrolera no utiliza ni mucho menos contamina agua, que por el contrario, la produce. Y bueno, el que más nos visita últimamente, Luis Felipe Henao, que viene a decir que ahora sí el gobierno nacional le va a organizar el acueducto a Yopal y que ya denunció al alcalde. (CONTINÚA)

*Concejal de Yopal