Por Christian Rodrigo Pérez Gutiérrez*
Hace unos días, durante una entrevista Radial, la ministra Gina Parody sustentaba que uno de los objetivos del Día E es vincular a los padres de familia a los procesos de enseñanza. Para resaltar la importancia del rol de la mamá y el papá en la educación de los niños, la ministra afirmó que: “Nadie reemplaza la voz de una madre que le lee a su hijo por la noche, esto genera cambios en el cerebro que permite mejores desempeños”, y “Nadie reemplaza a un padre que le apaga el televisor a su hijo para que haga la tarea”
En principio pareciera sencillo, simplemente con leerle historias a los hijos en la noche y con apagar el televisor para que los niños hagan la tarea mejoraría la calidad educativa. Quizás las anteriores acciones generen avances, sin embargo hay que hacer algunas preguntas ¿qué pasa si el padre y la madre están en su jornada laboral y no pueden hacer cumplir la orden de apagar el televisor? ¿qué pasa si el padre y la madre no tienen los mínimos de comprensión de lectura?
Para responder las anteriores preguntas me atrevo a citar dos investigaciones que pueden contribuir a tomar medidas para impulsar el rendimiento académico de los niños y adolescentes de nuestro país. Una elaborada por los profesores Alejandro Gaviria y Jorge Hugo Barrientos, titulada Calidad de la educación y rendimiento académico en Bogotá; la segunda elaborada por Fabio Mora y Víctor Torres, dos jóvenes recién egresados del programa de Economía en UniTrópico, titulada Determinantes de la calidad de la educación media en Yopal Casanare.
En ambas investigaciones se utilizan técnicas cuantitativas para estimar un modelo estadístico y, entre otras conclusiones, se demuestra matemáticamente que los años de educación y la remuneración de los padres influye de forma positiva sobre el rendimiento académico de los estudiantes.
Ninguno de los modelos estadísticos mencionados establece el por qué, pero se puede inferir de la siguiente forma. Si un estudiante presenta dificultades en matemáticas o lectura, y tiene padres con formación universitaria, el padre o la madre se convierte en tutor o podrán pagar uno y ayudará al hijo a superar las dificultades académicas; por el contrario, cuando el estudiante que presenta las mismas dificultades pero sus padres no tienen estudios superiores, es probable que estos no puedan ejercer adecuadamente el rol de profesor de apoyo y tampoco pagar uno particular porque sus ingresos son bastante menores a los de padres con estudios universitarios.
Según datos del ICFES, en 2013 cerca del 30% de los estudiantes de once grado de Yopal tenían al menos un padre con estudios técnicos o profesionales, en es decir que el 70% de los estudiantes estaban en una situación de desventaja educativa. Esto porque sus padres no conocen cómo orientarlos en sus dudas académicas o porque mientras trabajan no pueden hacer cumplir la orden de realizar las tareas escolares. Vale pena resaltar que su agotador trabajo en muchas oportunidades les representa ingresos por un salario mínimo o incluso menos.
Entonces Dra Parody, no es suficiente apagar el televisor o leer un libro, la vinculación de los padres en los procesos educativos requiere de la implementación de estrategias que nivelen las desigualdades del conocimiento entre padres de familia.
Quizás la forma de eliminar esas brechas de conocimiento entre estudiantes es mediante la universalización de la jornada única, para que en el tiempo adicional, los estudiantes puedan recibir la orientación y acompañamiento de los maestros y maestras que no pueden recibir en sus hogares, o porque los padres no saben cómo hacerlo o porque cuando llegan a casa luego de su jornada laboral sus hijos ya están dormidos con el televisor prendido y les es imposible escuchar la lectura de mamá o papá.
Espero que el “Día E” y el programa “Ser pilo paga” no queden solo en resonancia publicitaria que desvíe el verdadero objetivo, la implementación en el corto plazo de la jornada única en todos los colegios públicos del país.
Nota. Los modelos estadísticos explican lo general, no lo particular. Es decir, pueden existir alumnos con excelente rendimientos académicos en donde sus padres no gocen de estudios superiores, pero esto no es lo general, esto es lo atípico.
*Concejal de Yopal