Por Medina Gómez *

¿10, 15, 40, 90 mil millones de pesos? Pueden ser más. O menos los recursos públicos que en total suma Ceiba. En ella están agrupadas empresas prestadoras de servicios públicos como la terminal de transportes, el alumbrado público, el matadero municipal, el cementerio. Y, podrían entrar, el parque de las aguas y el complejo deportivo Los Hobos. Así que la cifra es variable. Pero cualquiera sea el monto, para los corruptos depredadores siempre es atractiva. Suculenta. Jugosa. Nutritiva para seguir fortaleciendo sus billeteras a costa de los recursos públicos que les pertenecen a decenas de miles de personas. Los corruptos se roban hasta un hueco.

En el mamarracho jurídico conocido como Ceiba, todos los protagonistas siguen con sus bocazas bien abiertas y los ojos sin parpadear. Ansiosas y babeantes esas bocas. Esperando cerrarlas con fuerza para morder la mejor tajada. En diciembre de 2015 Jorge García Lizarazo –alcalde encargado de Yopal por ese entonces, en reemplazo del destituido e inhabilitado Willman Celemín- por decreto le dio vida al monstruo. Previamente, por acuerdo municipal los concejales le autorizaron poner a andar el engendro. Le firmaron un cheque en blanco.

Hoy, todos esos “honorables” –los que repitieron curul y los que no- están investigados por su dudosa actuación. Pueden perder su investidura. Fueron demandados por el ciudadano Álvaro Ortiz, por dar su voto sin sonrojarse para crear la sospechosa y maloliente Ceiba. Por hacerse los de la vista gorda, mientras el detrimento patrimonial de lo público seguía su camino sin obstáculo alguno.

Cómo no: para que la memoria no nos falle les recuerdo los nombres de esos “honorables”: Roland Wílchez, Fabio Suárez, Cristhian Rodrigo Pérez, Wilmar Andrade Leal, Fabio Castro, Rubén Chaparro, Blanca Nury Barrera, Freddy Elías Corredor, Neil Botía, John Morales, Gabriel Ricardo Salamanca, Tito Humberto Laverde y –la joyita que está huyendo- Nelson Alberto Figueroa. ¡Atractivo cartel!

Aunque la tal Ceiba no ha dado resultados concretos que beneficien a los yopaleños, eso sí desde que empezó a operar en enero de 2016 de esa repugnante puja por el poder y el billete público sólo hay vergüenzas y asquerosidad. Hemos sido testigos del desfile de 5 sumisos gerentes. Con policía antimotines, violación de cerraduras, desaparición de documentos, protestas públicas, madrazos e hijueputazos al por mayor. ¡Un circo para llorar y reír!

Todos esos gerentes, desde luego, puestos por politiqueros de turno que los manejan a su antojo. Como cuando se tiene en la mano un liviano títere de trapitos, palitos y cuerdas. Hugo Andrés Montes –el primero- es cuota del gordo Jorge García Lizarazo. Fue su Secretario de Planeación. Son amigos personales desde hace años. Otros como Auder Javier Gutiérrez, Guillermo Pérez y José Carrero, perfectas figuras fantasmales en el ejercicio de lo público, tienen evidentes conexiones y seguras deudas de gratitud personal y laboral con famosos y cuestionados personajes de la talla de los exalcaldes John Jairo Torres Torres, alias “john calzones” y Luz Marina Cardozo, alias “la pastora”.

Sí. Los mismos: el uno creador de la jurídicamente enredada Ciudadela La Bendición. Condenado penalmente por urbanizador pirata y destituido de por vida para ejercer cargos públicos. La otra, mojó prensa nacional e internacional. En junio de 2017, como alcaldesa encargada, alias “la pastora” le entregó por decreto las llaves de Yopal al mismísimo dios Jesucristo, “para que su reino de paz y bendición sea establecido…él entre al municipio y lo haga su morada”, rezaba el documento ¡Vaya uno a saber!

La actual gerente de Ceiba es una tal Clarena López Anaya, alias “la samaria”. Una perla negra que llegó a Yopal de los mares de la caribeña Santa Martha. Puesta en el cargo por Zoila Rosa Angulo, alias “la dotora”, famosa por faltoniar en lo pactado (entiéndase traicionar) a alias “john calzones” luego de que éste la empotrara en el poder como alcaldesa encargada por 1 mes, mientras él se defendía de sus líos penales y se realizaba las elecciones atípicas.

Luego del triunfo electoral de Leonardo Puentes el pasado 26 de noviembre. alias “la samaria” no sólo no renunció y sigue atornillada al cargo. Puentes, como es apenas obvio, tiene todo el derecho a trabajar con su equipo de banderilleros y gente de confianza. Pero ella, además de seguir contratando asuntos menores como personal asistencial, servicios generales, puestos técnicos y de mando medio, tiene su objetivo puesto en algo más grueso.

Lo suculento en cifras está en un contrato de 3 mil 900 millones de pesos. Clarena, desafiante, retadora y soberbia, está decidida en seguir adelante con la licitación pública para el alumbrado público de la ciudad. Así tenga que pasar por encima del mismo Procurador General de la Nación Fernando Carrillo Flórez, quien advirtió en medios nacionales la “revisión con lupa” de ese proceso.

Por arte de birlibirloque, con la complicidad de los organismos de control y de nuestro elástico y acomodaticio aparato judicial, Yopal sigue en manos de los bandidos. El alcalde Leonardo Puentes, del Partido Verde, dice que él no lo es. El paso del tiempo tiene la palabra. Lo veremos. Digo yo.

*Periodista



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