Por Oscar Medina Gómez*

Pataletas de ahogado. Últimos suspiros de un enfermo terminal moribundo. Gritos desesperados de quien sabe que caerá irremediablemente al precipicio. Agonía de un sujeto que es consiente que tiene contadas sus horas y sus días como “honorable” Senador de la República. Lágrimas de cocodrilo y ojos desorbitados del que sabe que la fría guillotina electoral lo descabezará. Estertores finales de un politiquero que como gobernador y senador se rajó. Perdió el año. Realidad inocultable e indefensable de alguien a quien la gente, el pueblo al que le prometió el oro y el moro, le está pasando cuenta de cobro por su mediocre labor. Sí. Por lo evidente, no hay que hacer mucho esfuerzo mental para saber quién es: Jorge Prieto Riveros. ¡Su tiempo terminó!

Las más recientes actuaciones del “viejo verde” –como cariñosamente le dicen sus seguidores…por favor no ser malintencionados- dejan en claro que Jorge Prieto Riveros -candidato del Partido Alianza Verde que quiere repetir como senador en el Congreso de la República, y seguir mamando billete de la generosa teta del Estado- lo muestran desesperado. Dispuesto a hacer lo que sea con tal de que la gente le crea sus mentirosas promesas y poder pescar algunos votos.

Presa de la angustia –Prieto sabe que el domingo 11 de marzo un pueblo decepcionado y burlado lo castigará sin compasión y será derrotado groseramente- sus salidas en falso retratan claramente la tribulación que día y noche recorre su alma y su cuerpo.

Luego de concluido el debate de Unisangil con los aspirantes al senado, fanfarroneando, ofensivo y sin el más mínimo asomo de respeto por sus rivales, dijo que había dictado clase magistral de conocimientos y sabiduría a sus adversarios y al auditorio presente. Autoproclamando en los medios su “superioridad”, Prieto peló el cobre ante los oídos y ojos de la opinión pública. Bueno. Siempre lo ha hecho.

¡Su modestia y humildad políticas son tan enormes como sus logros! ¡Alábate pollo que ya te comeremos! dice el refranero popular.

La exasperación que no lo deja dormir –producto de la humillación electoral que se le viene encima- ha hecho que en medios radiales Prieto salga a calumniar, injuriar y difamar de sus rivales. Y a lanzar apresurados y gelatinosos juicios de ética y valor moral contra los que la ciudadanía creía que eran parte de un mismo equipo. El verde.

Aunque no los nombró, miles de personas que lo escucharon y vieron el vídeo por la radio sabían a quienes se refería. El viejo truco de los politiqueros sibilinos y soterrados que lanzan frases como “hay una candidata corrupta que hace derroche de miles de millones”, o “ese candidato paramilitar que no quiero nombrar”. En este caso el dardo envenenado de su engañosa matraca politiquera se lo clavó a Amanda Rocío González, candidata al senado por el Centro Democrático y a Cesar Ortiz Zorro, candidato de su mismo partido, Alianza Verde, a la Cámara de Representantes.

Tranquilamente y sin pestañear dijo que el Zorro, traicioneramente, por debajo de la mesa, se alió con una candidata que representa la corrupción y la violencia. Que era un corrupto, vendido y falto de personalidad. Y que, si el Zorro llega a triunfar, muy seguramente se venderá al gobierno y al Centro Democrático. ¡Wow! ¡Cada hora aprendo más de lo sucia, ruin, rastrera y peligrosa que es la política!

Contradictorio el actuar de Jorge Prieto con las mujeres. Ellas, a quienes durante décadas le hemos escuchado decir que son lo más hermosos seres de la creación. ¡Y vaya que lo son! Pero es que, con mayor razón, cuando mi rival político es una mujer, hay que saberlo enfrentar. Con argumentos ciertos, delicadeza, coqueteo y lucidez mental. No con bajezas y ruindad. Buscando degradar su nombre. El principio rector se llama respeto. Uno tiene que ser consecuente con sus palabras. Con su discurso. Jugar limpio. ¡Carajo! El “viejo verde” no sabe lo que es eso. Al contrario: pareciera que se solaza. Que le divierte y disfruta actuar de esa forma tan baja. Sí: la política es muy sucia.

Jorge Prieto Riveros dice que lleva 50 años dizque de actividad política honesta. Limpia. En “defensa de Casanare y los casanareños”. “Luchando por las clases marginales, por los pobres, por los más desatendidos por los gobiernos”. “Peleando contra un Estado opresor y castigador de las clases trabajadoras y populares. “Defendiendo el sector agropecuario y a los sufridos campesinos”. “Defendiendo acérrimamente el agua como fuente de vida”. “Reivindicando y dándose la pela por los derechos de las mujeres”.

Vuelvo y escribo un retazo de una columna pasada: si al azar, en cualquier municipio de Casanare, a cualquier hora y en cualquier tiempo, usted le pregunta a un ciudadano casanareño de nacimiento o por adopción de esta maravillosa tierra llanera ¿nómbreme, recuérdeme una obra, una sola obra que valga la pena resaltar de Jorge Prieto Riveros, la respuesta es ¡no existe!

Por eso, por su fracaso gubernamental, congresional y dirigencial, será derrotado en las urnas. Digo yo.

*Periodista


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