Por Juan Carlos Niño Niño*

Ante los cuestionamientos de mi amigo y colega Oscar Medina en su columna “El Zorro y las uvas”, y que publicó recientemente en Prensa Libre Casanare, debo reiterarle que no tiene ningún fundamento cuestionar a César Zorro al renunciar al Concejo y aspirar a la Cámara, porque estas dos corporaciones son deliberantes, manejan la misma línea y mutuamente se retroalimentan, porque la dinámica local contribuyen a la construcción de leyes, y la legislación nacional sienta los derroteros para las decisiones a nivel local. ¡Al contrario! La experiencia de César Zorro garantiza una excelente labor en el Congreso.

Es más, la incursión de Cesar Zorro en el Concejo es absolutamente clave para su desempeño en la Cámara de Representantes, porque ha tenido el espacio para conocer y manejar la dinámica de una duma municipal, que no es más que una réplica local de lo que se mueve a nivel nacional en el Congreso, con la ventaja que su experiencia se da con el actual Concejo, lo que significa que tiene claro su actual complejidad y problemática, lo que le va a facilitar un discurso coherente y sustentado en el escenario congresional.

En más de (20) años como asesor de la Cámara de Representantes, he llegado a la conclusión que un aspirante al Congreso debe previamente “foguearse” en un Concejo o una Asamblea, porque sin desconocer la experiencia que se pueda tener en otras áreas del sector público, es en la duma municipal y departamental en donde se hace el “curso” para discutir el Plan Nacional de Desarrollo y el presupuesto, tan esenciales dentro de un cuatrienio en el Congreso, como también la versatilidad en lo político para integrar las mesas directivas y las comisiones.

Al revisar entre líneas la columna de Oscar Medina, se ve unas críticas sin sentido que más bien obedecen a un afán de cuestionarlo que en una crítica constructiva, como es el caso de señalarlo porque en una página de Facebook César puso la palabra Zorro en inglés: ”Fox”, lo que es tan absurdo como cuestionar el buen gusto y vasto conocimiento de Oscar por las bandas de música rock inglesas y europeas, que no cantan ni un ápice en español, ni siquiera cuando vienen de repechaje a dar conciertos en Colombia, y que eso no pone en duda el respeto y manejo del Castellano por parte de Óscar Medina.

A mi buen amigo Oscar Medina le parece que la renuncia de César Zorro es igual de cuestionable a las renuncias de Efrén Hernández y Jacobo Rivera, cuando renunciaron a la Cámara de Representantes y se lanzaron a la Gobernación de Casanare, lo que no corresponde de ninguna manera a la verdad, porque estos dos líderes políticos renunciaron a una corporación deliberante y aspiraron una corporación como la Gobernación que formula proyectos de inversión y maneja presupuesto, mientras que César renuncia a una corporación deliberante y aspira a otra Corporación deliberante, que no maneja ningún presupuesto a excepción de un monto bastante discreto para contratación de asesores y asistentes de su Unidad de Trabajo Legislativo.

Y debo aclarar que en ese momento coincidí con Oscar Medina en respaldar a Jacobo Rivera a la Gobernación, hasta tal punto que trabajamos “en llave” en el manejo de prensa de esa campaña, y debo reconocer públicamente que en esa experiencia le aprendí mucho de los conocimientos de mi buen amigo, a quien en esa campaña le conocí un derroche intelectual, constancia en los planes y estrategias y una persona que siempre animó y le dio fortaleza a Jacobo Rivera, cuando era previsible su estruendosa derrota en esos comicios electorales.

Aun así debo aclarar que no es la primera vez que en Casanare se presenta una renuncia de ese tipo, pero lo curioso es que ahora si les parece un escándalo (incluido a Óscar Medina), cuando hace dos décadas los entonces diputados Julio César Rodríguez y Jacobo Rivera renunciaron a su curul como diputados y posteriormente fueron elegidos por los casanareños como representante a la Cámara; y como si fuera poco les tengo dos casos a nivel nacional que en ningún momento causaron controversia, seguramente porque no tiene ningún misterio y no tiene nada de malo renunciar a un Concejo y lanzarse al Congreso: el actual ministro de las TIC, David Luna, en su momento renunció a su curul del Concejo de Bogotá y se lanzó a la Cámara de Representantes, como igualmente lo acaba de hacer el hijo del líder político Horacio Serpa.

Coletilla: En más de veinte años de estar participando en la actividad política del Departamento, nunca he presenciado un fenómeno tan creciente y avasallador como el de César Zorro en su aspiración a la Cámara, que sin duda va a doblar a su contrincante más cercano en Yopal y el resto de municipios. ¿Será por eso que se apresuran a cuestionarlo sin ningún tipo de fundamento? Digo yo...

*Especialista “Gobierno y gestión pública territoriales”, Pontificia Universidad Javeriana.


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