Por José Félix Lafaurie Rivera*

La Federación Colombiana de Ganaderos (FEDEGÁN), se une a las voces que piden la libertad del expresidente Álvaro Uribe Vélez, ante la inédita decisión de la Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia de dictarle medida de aseguramiento.

Algunos están de fiesta, aunque se escondan en las frases de cajón del respeto a la autonomía de los poderes y las decisiones de los jueces. ¡Claro que hay que respetarlas!, vivimos en democracia y creemos en la democracia, pero también creemos en la igualdad ante la ley, y sobre todo en casos tan emblemáticos como el de Álvaro Uribe.

El país no entiende, cómo a la Corte le pareció que Santrich no era un peligro para la sociedad ni se fugaría, como en efecto lo hizo, y le parece que el expresidente sí es un peligro para la sociedad y hasta podría fugarse, pues, de no ser así, ¿por qué la medida de aseguramiento?, ¿por qué impedirle defenderse en libertad? Hoy siento con Darío Echandía que este es un “país de cafres”, aquel en que los asesinos, secuestradores, reclutadores y violadores de niños y narcotraficantes, se sientan en el Congreso, andan impunes por la calle y se les llena la boca hablando de justicia, mientras un patriota como Álvaro Uribe es enviado a detención domiciliaria.

La indignación del gremio ganadero, como la de muchos colombianos, es un asunto de gratitud. SÍ, de inmensa gratitud, porque los ganaderos no olvidamos que Álvaro Uribe nos devolvió la posibilidad de existir como sector económico. No olvidamos que cuando nos asesinaban y secuestraban por miles quienes hoy están en el Congreso, Álvaro Uribe nos devolvió el derecho al trabajo y, sobre todo, a la libertad y a la vida. No olvidamos que, en esos años aciagos, la cuenta de las más de diez mil víctimas ganaderas de asesinato y secuestro solo se logró detener con la Seguridad Democrática.

Pero nuestro rechazo a la decisión de la corte, aunque la acatemos como demócratas, es también un asunto de justicia. Hoy más que nunca, sentimos que la justicia está embolatada en una telaraña de intereses políticos y de todo orden. Hoy más que nunca estamos convencidos de que el principal problema del país está en la maraña enredada de su justicia.  Los ganaderos creemos en la inocencia de Álvaro Uribe Vélez –reiteró el presidente ejecutivo de FEDEGÁN- y queremos seguir creyendo en la justicia colombiana; por eso pedimos que se le permita asumir su defensa en libertad.

Sabemos que hay sectores interesados en que así no sea. Para los defensores del Acuerdo de Santos con las Farc, que medio país desconoció en las urnas, mandar a la cárcel a quien le devolvió a Colombia los derechos a la seguridad, la libertad y la vida, es una especie de “revancha” por su derrota en el plebiscito. Son los mismos que hoy, con ladina intencionalidad, le ofrecen la JEP como alternativa.

Se equivocan. Uribe no busca ni necesita la impunidad de la JEP porque es inocente, y jamás legitimaría esa justicia a la medida de las Farc, con la que nunca estuvo de acuerdo. A Uribe lo respaldan millones de colombianos, pero sobre todo, concluyó Lafaurie, a Uribe lo respalda su inocencia.

 *Presidente Federación Colombiana de Ganaderos

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