Para deshonra de lo que llaman poder judicial e infamia contra más de la mitad de 50 millones de colombianos y de la Patria misma, Álvaro Uribe Vélez será condenado. Eso de que faltan por lo menos dos años para definir el caso, que siguen las etapas de instrucción probatoria, de juicio, de… ¡bah…es una burla, una bufonada! Una ficción intencional de la Corte Suprema de Justicia, para proyectar ante la opinión pública una imagen de rectitud y transparencia al debido proceso. Corte que, lo sabe el mundo entero, jamás en su historia, como ahora, registra tan bajos índices de credibilidad y respeto de parte del pueblo raso.
Con ponencia del magistrado Cesar Augusto Reyes Medina, en la que pidió detener preventivamente al expresidente en su residencia, -argumentando que en el proceso probatorio que se surtirá, el investigado puede obstruir la justicia- en coro y sumisamente los otros 4 miembros de la Sala de Instrucción se arrodillaron y junto con el ponente votaron por la medida restrictiva de la libertad. Ordenaron la casa por cárcel para Uribe Vélez. No hubo abstenciones, ni salvedades, ni contradicciones dialécticas, teóricas o jurídicas a la ponencia. Para todos los 5 verdugos, unánimemente tocaba matar, cortar de tajo la cabeza del expresidente.
Los demás inmaculados y santísimos togados que hoy, eufóricos y relamiéndose sus bocas, alzan la copa por su histórica hazaña y exhiben públicamente una presa política grande, poderosa y de inmenso valor, fueron Héctor Alarcón, Francisco Farfán, Misael Rodríguez y Marco Antonio Rueda. ¡Héroes de la ruindad y el deshonor!
Digo que el expresidente será condenado y que la Corte tiene bien montado el sainete para mamarle gallo a la gente, porque este no ha sido ni menos será un proceso apegado estrictamente al derecho y la jurisprudencia. Al contrario, el país y el mundo entero lo saben: es una causa, una historia descarada y deshonestamente politizada. Lo actuado por la Sala de Instrucción es la cuota inicial de una condena anunciada. La muestra de una degradante izquierda que, en connivencia con el aparato de justicia en todos sus niveles, tiene como objetivo final sacar del juego político a Álvaro Uribe Vélez. Que no al Centro Democrático, un partido contaminado por odios viscerales, hondas fracturas y afanes de protagonismo. Uribe está muy por encima de cualquier partido. Él puede desaparecer como político activo. Pero su altura y legado como Presidente en dos periodos, como inigualable Senador de la República y como un verdadero estadista serán imperecederos.
Bobalicones y cándidos los que aún creen en la imparcialidad y majestad de la justicia. En la honestidad de una Corte Suprema protagonista del perturbador escándalo conocido como “el Cartel de la Toga”. Bandola que protagonizaron hace un par de años delincuentes perfumados como Francisco Ricaurte, José Leonidas Bustos, Gustavo Malo y Camilo Ruiz. Los dos primeros fueron magistrados presidentes de esa suprema corte. Estos y otros de menor rango actuaban bajo la batuta de Luis Gustavo Moreno, una super–rata revestida por el poder de ser el fiscal anticorrupción. A cambio de miles de millones de pesos que cobraban a los investigados –casi siempre senadores y gobernadores- sincronizadamente estos criminales engavetaban, desaparecían, alteraban, desviaban, dilataban, ajustaban y fallaban a su antojo procesos. Esa es la majestad honorable de una justicia que hoy quiere convencernos de que Álvaro Uribe Vélez es un delincuente. Y que el oscuro senador Iván Cepeda -su acusador, del también agazapado y sospechoso Polo Democrático Alternativo- es una inocente palomita. ¡Asco y vómitos produce esto!
Una Corte que desde hace años políticamente y sin méritos procesales persigue sin vergüenza al expresidente Uribe Vélez, pero que hace apenas un año largo dejó en libertad al narcoterrorista y violador de niños fariano alias “jesús santrich”, quien luego se voló para seguir delinquiendo, es un organismo que merece todo el rechazo y lapidación del pueblo. Una Corte que ha sido tibia y cómplice con el genocidio que desde 1964 sistemáticamente vienen cometiendo contra la Patria organizaciones narcoterroristas como las FARC, el ELN, el M19 y el EPL -responsables de más de 250 mil muertos y del doble de víctimas- merece el irrespeto de millones. Una Corte que, si no es porque están bien muertas las bestias terroristas pederastas alias “jacobo arenas”, “tirofijo”, “raul reyes”, “alfonso cano”, “el mono jojoy”, “el negro Acacio” e “ivan ríos”, (la mayoría dados de baja gracias a la mano firme y seguridad democrática de Uribe Vélez) las defendería abiertamente. Esa Corte es una institución indigna y sucia.
Mientras esa misma Corte, endiosada y absolutista, somete al expresidente a una humillación fabricada, en el Congreso de la República la senadora alias “sandra ramirez” -una de las muchas barraganas de “tirofijo” pretende dictar cátedra de ética y humanidad. Esta salvaje terrorista reclutó a punta de pistola a centenares de niñas para “luchar contra la oligarquía”. En el monte, cuando quedaban preñadas luego de ser violadas por muchos “combatientes”, las obligaba a abortar. centenares murieron desangradas o infectadas. O fusiladas, luego de huir y ser capturadas con sus vientres llenos de bebés inocentes. Las cordilleras colombianas están sembradas de cadáveres de miles y miles de niñas con sus fetos. Estos crímenes deben pesar mucho en la espalda y la conciencia ese monstruo a quien la prensa llama “honorable senadora”.
También en el Congreso, como consecuencia del repugnante acuerdo de paz entre el traicionero expresidente Juan Manuel Santos y la organización terrorista de las FARC, y sin tener que acudir a las urnas, actúan otros 9 honorables violadores y pederastas, ganándose al mes más de 40 millones de pesos. Algunos son los alias “pablo catatumbo”, “victoria sandino”, “carlos antonio lozada”, “benkos biojó”, “olmedo ruiz” y “marcos calarcá”. Otros como alias “ivan márquez” y “romaña” siguen delinquiendo junto a “santrich”. Al tiempo, cómplicemente la todopoderosa e intocable Corte Suprema, mira de reojo y quiere seguir posando de inmarcesible.
Esos personajes vestidos de negro conocidos como magistrados, máximos representantes de la “majestad de la justicia”, necesitaron más de 18 meses para llenar de sandeces y argumentos risibles un mamotreto de 1554 páginas, sin que nada de lo que allí dice pruebe la culpabilidad de Uribe Vélez. Y le salen al país con que posiblemente sí sobornó a falsos testigos como Juan Guillermo Monsalve, Carlos Vélez, Carlos López y Pablo Sierra (todos afamados delincuentes de largo prontuario en el bajo mundo) para que declararan contra el senador Cepeda. Y que además el expresidente cometió fraude procesal. Por lo tanto, ahora toca investigarlo y juzgarlo. Eso sí, encerrarlo en su vivienda familiar y vigilarlo muy bien. No sea que se escape, como los terroristas alias “santrich”, “ivan marquez” o “romaña”. Cepeda, que visitó en La Picota 21 veces al testigo Monsalve buscando que testificara contra Uribe, fue denunciado por este. Pero en 2019 fue encontrado limpio por la Corte. Y el acusado paso a ser el expresidente.
Los más encumbrados protagonistas de la izquierda nacional jamás han sido consecuentes entre el país “socialista y para todos” que pregonan y la manera como actúan. Nunca hemos visto, sabido o escuchado que Gustavo Petro, Iván Cepeda, Piedad Córdoba. Claudia López o Lucho Garzón hayan repartido tan siquiera la mitad o una partecita de sus sueldos multimillonarios entre los pobres y miserables. Ni sus propiedades y gruesas fortunas. No. Ellos viven con abundancia. A cuerpo de jeque árabe. O al mejor estilo del dictador Nicolas Maduro, su héroe y modelo a seguir.
Lo mismo ocurre con Jorge Enrique Robledo, Aida Avella, Angela María Robledo, Jorge Eliécer Guevara, Gustavo Bolívar y otros bufones de esa izquierda mentirosa y tramposa que quiere convertir a Colombia en los paraísos de nación que son, por ejemplo, Venezuela, Cuba, Nicaragua y Corea del norte. Desde el año 2000 el pueblo colombiano no ha caído en esa desgracia por la férrea oposición argumentada y frentera de Álvaro Uribe Vélez. ¡Esto nadie lo discute y por eso la bronca venenosa de esos izquierdistas de papel!
Gustavo Petro jamás será presidente de Colombia. Ni Claudia López. Ni en sueños Iván Cepeda o Jorge Enrique Robledo. La izquierda nunca, nunca alcanzará ese honor. A nadie se le olvida que esa oscura izquierda defiende, apoya y patrocina a bandas armadas narcoterroristas como las FARC, el ELN, el M19 o el EPL. Organizaciones delincuenciales que sin misericordia ni piedad han martirizado la Patria. Responsables de la peor barbarie humana que haya registrado país latinoamericano alguno en los últimos 250 años.
La felicidad que hoy tiene a los togados de la Corte y a la izquierda resentida frotándose las manos y tocando campanas por el “triunfo” de tener al expresidente encarcelado, será su peor desgracia política. Remarco: Álvaro Uribe Vélez será condenado. Eso está decidido hace rato. Pero el uribismo saldrá fortalecido, revitalizado. Eso se verá clarito en las elecciones congresionales de marzo de 2022 y las presidenciales de mayo del mismo año. El uribismo arrasará en el Congreso y nuevamente pondrá presidente. Será la ruina definitiva para la izquierda y su legión de mamertos. Digo yo.
*Periodista
La sección de OPINIÓN es un espacio generado por Editorialistas y no refleja o compromete el pensamiento, ni la opinión de www.prensalibrecasanare.com