Por Oscar Medina Gómez
En Casanare y sus municipios son incontables lo que vulgarmente se conoce como “elefantes blancos”. Abundan por doquier esas obras, esos proyectos multimillonarios que se quedaron a medio terminar. Ya porque el contratista huyó con el anticipo. Ya porque el gobernante fue destituido. Ya porque el gobernante de turno no continuó la obra de su antecesor. Ya por cualquier razón.
En todos esos elefantes priman dos comunes denominadores: la corrupción, que algunos eufemísticamente llaman detrimento patrimonial. Y la impunidad. No hay detenidos y menos condenados. Ya sea penal, fiscal o disciplinariamente.
El Museo del Hombre Llanero, el Parque de las Aguas, la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales –PTAR- en su etapa 1, la Planta de Sacrificio de Aves, la Planta procesadora de Yuca en Aguazul, el Hospital nuevo de Yopal, la Planta procesadora de Leche Casalac en Aguazul, la nueva Sede Administrativa de la Gobernación de Casanare (edificio de la Caja Popular Cooperativa. Son más, claro.
Por diversas razones esos y otros proyectos que se me pasan quedaron a mitad de camino, dilapidándose miles de millones de pesos del erario. En esta danza de los millones el único que ha perdido es el pueblo y el desarrollo de la región.
Obviamente los bandoleros corruptos -ya sea gobernantes o contratistas- no pierden. Ellos engordaron cuantiosamente sus cuentas bancarias. Compraron haciendas, casas, apartamentos, títulos valores, vehículos de alta gama, lavaron dinero en cuanta suerte de empresas. En fin.
De toda esa manada de sinvergüenzas gobernadores, alcaldes, alcaldesas, diputados, concejales, contratistas y demás hienas hambrientas de plata, muy pocos -mejor, casi ninguno- ha ido a la cárcel. Es más: los gobernadores que están encanados y los que ya salieron de la cana, fue por casos de concierto para delinquir y asociación de grupos al margen de la ley, llámense paramilitares o guerrillas.
Mientras los y las corruptas hacen de las suyas, el grueso de los municipios y sus habitantes seguimos padeciendo gravísimos problemas de salubridad. No se cuenta con servicios públicos eficientes. No hay agua potable, saneamiento básico ni alcantarillados pluviales ni de aguas servidas. No hay acueductos veredales. No hay escuelas en buen estado ni dotadas suficientemente de elementos para el óptimo desempeño académico de los chicos. No hay servicios de salud. O, corrijo: si hay: pero de muerte, de terror para la gente.
Los nombres los conocemos suficientemente. No los voy a repetir aquí. Además, decenas de veces los he nombrado. De hecho las autoridades saben quiénes son los atracadores de lo público. Pero nada pasa. Así que sigamos eligiendo a esas hienas hambrientas de plata del pueblo. Sigamos atrasando nuestro desarrollo. Sigamos enriqueciendo a los corruptos. Digo yo.
Editorial Noticiero CASANARE AL DÍA, Emisora Manantial Estéreo 107.7 FM 6 – 8 A.M.