Por Oscar Medina Gómez.

Como si no tuviéramos en Yopal suficiente con la desbordante corrupción de gobernantes, politiqueros y contratistas, la inseguridad espantosa en la ciudad, los cráteres de calles y avenidas que son causa de muchos muertos e inválidos, la pésima prestación de servicios públicos y mil males más, la Cárcel de Mediana Seguridad ubicada en La Guafilla, es también un serio problema. No solo para los redientes de la zona sino para las autoridades.

Ubicada a escasos 8 kilómetros del casco urbano de Yopal, desde antes de ser construida y puesta al servicio, las quejas continuas de los moradores cercanos a esta penitenciaria no han parado. Hoy, con una sobrepoblación de más de 1.000 presos de mediana y alta peligrosidad -que llegan de todas partes de Colombia menos de Casanare- este centro de reclusión es un pésimo vecino no solo para el centro poblado de La Guafilla sino para la capital casanareña.

Aparte de la inseguridad propia que genera una cárcel de estas características -considerando que no todos los que visitan a los presos son ciudadanos de bien, sino malhechores, bandidos que acuden a ultimar negocios y seguir delinquiendo- otra queja permanente es que los suministros alimenticios como la dotación administrativa en general llegan o bien desde Bogotá, Bucaramanga o Cali, o de cualquier otra parte del país. Menos de Casanare. En palabras de José del Carmen Puerto, líder comunal, ni la carne para el consumo diario es adquirida en vereda alguna de la zona.

Lo mismo pasa con la vinculación de gente para el desempeño de labores como jardinería, vigilancia, aseo, mensajería, tareas asistenciales, etc. Nadie es casanareño. Y menos los empleados en rangos administrativos.

Uno se pregunta hasta cuándo las autoridades del municipio de Yopal continuarán haciendo los de la vista gorda y los oídos sordos. Lo mínimo que debieron exigirle al INPEC -como contraprestación para permitir construir tremendo problema- era que un porcentaje importante de los empleos a surtir -por lo menos de personal no calificado- fuera para gente de Casanare. Sobre todo de la zona.

Resulta decepcionante la poca o nula capacidad de negociación -por llamarlo de alguna manera- de nuestros mandatarios, Representantes a la Cámara, concejales y diputados. Y hasta de la misma comunidad. Todos siempre terminan por agachar su cabezota e inclinar la espina ante un gobierno abusivo y atropellador como el de Juan Manuel Santos. Un presidente faltòn que ha demostrado que en procura de su reelección, le venderá el alma a los diablos terroristas de las FARC.

La cárcel de la Guafilla entonces no ha servido para nada bueno en Yopal. Solo para traernos mensualmente más delincuentes y sabandijas indeseadas. Para llenarnos de más basura la ciudad. Todos los males y angustias de la noche negra llegaron con ella. Como si fuéramos un botadero de desechos tóxicos.

Esta es otra de las “obras “ que tenemos que agradecerle a Juan Manuel Santos Calderón. Un presidente que ya dejó en Casanare su huella, su impronta como el más mentiroso, oportunista, resbaladizo y faltòn de cuantos han pasado por el Palacio de Nariño. Otra “obra” fue el atraco, el raponazo a las regalías del petróleo, circunstancia que a partir del año entrante dejará ver su verdadero impacto en las finanzas y la dinámica socio-económica de la región. ¿Serà que lo reelegimos?

Y pilas que el INPEC tiene planeado ampliar las instalaciones de la Cárcel de La Guafilla para meterle más bandidos. Hasta en los baños. Es esta una segunda oportunidad para que el alcalde Wilman Celemín, la clase dirigencial y la comunidad se paren en la raya y exijan respeto. Que no se dejen manosear más. Y menos que nos lo sigan “metiendo con vaselina” como dijo el Procurador Ordoñez cuando se refirió a los sucios y perversos pactos de no agresión entre Santos y los terroristas farucos en La Habana.

Toca es ponerse serios y replantear principalmente el tema laboral. Y, claro, la seguridad y tranquilidad ciudadana. Digo yo.

Editorial Noticiero Casanare al Día 6 – 8 A.M. Emisora Manantial Estéreo 107.7 FM