Por Leonardo Puentes*

La inequidad en la propiedad y explotación de la tierra rural, que ha quedado al descubierto por cuenta de los acuerdos de la Habana; La dudosa apropiación de grandes extensiones en la altillanura; Las zonas de reserva campesina y El Paro Agrario, aunque no pareciera, tienen una conexión estructural profunda con la polvareda que se ha levantado en Bogotá debido a la implementación por decreto del POT.

En realidad lo que se ha puesto en evidencia con el POT del Alcalde Petro, es que éste afecta grandes intereses económicos y políticos de una estructura de poder representada por los dueños de la tierra, los urbanizadores, constructores y políticos que durante muchos años han determinado la suerte de la capital y que por supuesto no se van a dar por vencidos sin dar la batalla.

El POT de Bogotá, elaborado por un equipo del más alto nivel técnico, recoge entre otros conceptos vanguardistas: la construcción de una ciudad equitativa, planificada, compacta, preparada para el cambio climático, que democratiza el espacio público y que distribuye las cargas de servicios públicos, para que la ciudad no se construya al ritmo de los urbanizadores piratas, los dueños de la tierra, los politiqueros que aprovechan la necesidad de vivienda y las grandes empresas que ponen por encima del interés general y los conceptos técnicos, el enriquecimiento de sus empresas.

Pero mientras expertos internacionales lo califican como un POT MODELO PARA EL MUNDO y el propio editorial de EL Tiempo de esta semana lo reconoce como muy bien intencionado, Camacol, Concejales y Ministros amenazan con demandas y lo descalifican por ilegal, por amenazar el empleo y por frenar la construcción.

Traigo a colación el debate capitalino, porque en Yopal se está fraguando la aprobación de un nuevo POT y la mayoría de los ciudadanos, infortunadamente, desconoce por completo sus lineamientos básicos. Y no es precisamente por desinterés, sino porque, al contrario de lo que ocurrió en Bogotá, no ha tenido la socialización y concertación que este trascendental instrumento demanda.

Por el contrario, en toda la ciudad se sabe y se comenta que hay un mercadeo burdo de la ampliación del perímetro urbano que nos podría conducir a todo lo contrario de lo que debe ser una ciudad moderna. Reitero el llamado para que ahora mismo todos nos apersonemos del asunto y prevengamos la que podría ser la hecatombe de nuestra capital.

*Concejal de Yopal - @leo_puentes