Por Leonardo Puentes*
Los colombianos parecemos estar entendiendo, por fin, quién es quién y qué representa cada uno de sus dirigentes. La contundente solidaridad Nacional con el paro agrario, evidenció que nuestros campesinos y todos los ciudadanos entendemos con total claridad que los culpables de la devastadora crisis del agro y la industria Nacional no es otra que la seguidilla de gobernantes que impusieron la apertura económica, los TLC y La entrega de nuestros recursos naturales, so pretexto de “la confianza inversionista” para los dueños de la locomotora minera.
Hoy todos los Colombianos empezamos a darnos cuenta que aquellas decisiones en materia económica, sumadas a las pretendidas reformas a la justicia, a la educación, a la salud, etc., no son hechos aislados, sino el resultado de las decisiones concertadas por la nefasta clase dirigente que ha gobernado este país por décadas, privilegiando sus propios intereses a costa de la gran mayoría de los Colombianos sumidos en la pobreza y el abandono estatal.
Pareciera ser que las elecciones que se avecinan no van a estar signadas por las Farc, ni por la disyuntiva Uribe-Santos, quizás porque al fin estamos entendiendo que la paz debe ser una política de estado y no un asunto electoral, y que Uribe y Santos, salvo en lo relativo a la paz, representan los mismos intereses, al igual que los políticos de casi todas las vertientes que en el congreso aprueban, al ritmo de la corrupción, todas las decisiones de un sector minoritario de nuestra sociedad.
Por ello no sorprenden las encuestas que sitúan a Antonio Navarro y Enrique Peñalosa con los mayores porcentajes de intención de voto después del presidente Santos, muy distantes de los candidatos del “centro democrático” y de otros partidos.
El país no quiere girar alrededor de las extremas ni de los políticos corruptos; quiere dirigentes consistentes y coherentes que le devuelvan la esperanza de un futuro digno y la confianza en sus instituciones, hoy cooptadas por verdaderas mafias electorales. Quiere dirigentes visionarios y con vocación de servicio que antepongan el interés público sobre sus apetitos personales; quiere una verdadera democracia dentro de una sociedad en paz e inspirada en valores éticos que recoja toda la pujanza, el ingenio y la alegría que aún no hemos perdido, a pesar de tanta adversidad.
Bienvenido este nuevo aire para nuestra patria y bienvenida la alianza Verdes- Compromiso Ciudadano- Progresitas, que se perfila como la verdadera alternativa de poder para construir el país que soñamos.
*Concejal de Yopal - @leo_puentes