Por Leonardo Puentes*

Los colombianos seguimos a nuestros líderes sin importar en que tolda se organicen. Por esa razón los analistas coinciden en señalar que los partidos no son más que empresas electorales desconectadas de sus electores y de las grandes decisiones políticas, lo cual pone en evidencia la precariedad de nuestra democracia.

Los partidos de hoy no representan sectores económicos, grupos sociales o corrientes ideológicas. En lugar de ser un soporte estructural de la democracia se erigen en la gran mayoría de los casos como cuellos de botella de muy difícil acceso, manejados con criterios que responden a cualquier cosa, menos a valores democráticos.

Estamos ad portas de elegir congreso, presidente y seguidamente autoridades locales y de nuevo se evidencia que los partidos no existen. La opinión no se aglutina alrededor de ellos sino de los líderes del momento: Santos, Uribe, Navarro, Peñalosa, etc. Así que la coyuntura está signada por el debate entre ellos y por supuesto por la paz, en la medida en que Santos quiere hacer de ella su plataforma reeleccionista.

Sin embargo, la crisis económica que condujo, entre otros, al ´inexistente’ paro agrario ha servido para que los Colombianos comiencen a identificar los responsables de las malas decisiones y hoy exista una postura generalizada en contra de la política económica del capitalismo salvaje y de sus representantes.

En este escenario las últimas encuestas comienzan a revelar que los Colombianos reclaman una tercera opción, están buscando un nuevo tipo de liderazgo por fuera del esquema tradicional y de las maquinarías que han gobernado al país históricamente. Esta semana deberá consolidarse la alianza entre tres sectores con reconocida aceptación dentro de la opinión: El Partido Verde en coalición con el Progresismo y Compromiso Ciudadano. Tres corrientes con orígenes y matices ideológicos distintos, pero con el objetivo común de darle a Colombia la posibilidad de ser gobernada con verdaderos criterios de pluralismo, rectitud y defensa de derechos fundamentales de la ciudadanía, como la educación, la salud, la soberanía ambiental y alimentaria, entre otros.

Esta tercería se vislumbra como alternativa real de poder para responder al hastío que tenemos por la dirigencia que nos ha gobernado. El llamado es entonces para los que nunca han participado. La historia nos está dando la oportunidad de construir un partido verdaderamente democrático, inspirado en postulados éticos innegociables y conceptos ideológicos que tengan como guía la justicia social; con dirigentes capaces, con verdadera vocación de servicio e indeclinable compromiso con este país.

*Concejal de Yopal