Por Leonardo Puentes*

Imposible pasar por alto la bochornosa situación en que se vio envuelto la semana anterior en Casanare el nombre del Partido Político del cual hago parte, con el cual vengo comprometido mucho antes de ser concejal y al cual tengo hoy el honor de representar: el Partido Verde, hoy Alianza Verde.

La decisión del Consejo de Estado de declarar la nulidad de la elección de los Diputados de Casanare y ordenar un nuevo escrutinio puso en evidencia algo de lo que mucho se habla después de cada elección, pero muy pocas veces se comprueba: el supuesto blindaje de la Registraduría a nuestros procesos de elección parece no tener el calibre suficiente para aislar el poder corruptor de ciertos sectores, capaces de hacer cualquier cosa con tal de acceder al poder público.

Vergonzoso que el protagonista en este caso haya sido un actor político avalado por nuestro partido, que el fraude haya sido demostrado en el caso de un representante del partido del “no todo vale”. No solo quedan la Registraduría y numerosos funcionarios parte del proceso electoral en entredicho, también queda expuesta la forma inescrupulosa como muchos paracaidistas de la política se hacen avalar por un partido para después actuar como ruedas sueltas, que no responden ni a los principios, ni a los postulados éticos, ni mucho menos a la organización política que los avaló.

La fragilidad del sistema político de partidos queda evidenciada en este emblemático caso. Se va una persona que nunca concurrió al llamado del Partido a nivel regional, del que no se conoce pronunciamiento alguno frente a un ex gobernador destituido perteneciente a un movimiento político fuertemente cuestionado a nivel nacional; y se va por la puerta de atrás. Deshonroso.

Llega Felipe, de quien esperamos, como él dice, grandes cosas. La primera, que marque amplia distancia de los sectores de la política a los cuales ha respaldado en las últimas elecciones locales, que como es de público conocimiento nada tienen que ver con el Partido verde; por el contrario, representan su antítesis. Nada ha de cambiar si el que llega asume el silencio cómplice característico de nuestra Duma Departamental desde hace tanto tiempo. Nada ha de cambiar si nuestro nuevo Diputado mantiene una credencial verde para representar a aquellos que se han hecho elegir dentro de ese esquema vergonzoso (e igualmente cuestionado por la opinión nacional) del derroche y la compra de conciencias.

Quedaríamos nuevamente verdes de la vergüenza, así como nos sentimos hoy asistiendo a la realidad de nuestras instituciones. El esquema de asignación de avales en nuestro sistema electoral (por supuesto también en nuestro partido) y la Registraduría salen muy mal librados de todo esto, pero a nivel nacional la realidad no es muy diferente: el Fiscal General allana la Contraloría en busca de pruebas por seguimientos ilegales; la Contralora responde con gravísimos señalamientos de tráfico de influencias contra el Fiscal; caen dos Jueces de la República acompañados de una decena de funcionarios por graves denuncias de corrupción.

ESQUIRLA: No deja de resultarnos llamativa la presencia de abogados y apoderados de tres diputados más durante el escrutinio, aparentemente muy preocupados con la posibilidad de una revisión general de los votos de todos los partidos.

*Concejal de Yopal.