Por Leonardo Puentes
Acaba de concluir el primer puente festivo del mes de noviembre y Yopal tuvo, pienso yo, la fortuna de recibir a tres visitantes de cuya estadía esperamos ver efectos en el muy corto plazo.
Me referiré primero a las dos visitas más discretas, pero quizá las más importantes. La primera de ellas fue la del General de la Policía Carlos Rodríguez, a cargo de la Regional 7 o de los Llanos Orientales de Colombia. Sin protocolo, sin mucho despliegue recorrió y escuchó a muchos sectores y estamentos de Yopal. Pasó revista y buscó respuestas de primera mano frente a las preocupaciones de los yopaleños por una creciente percepción de inseguridad.
Tuve la posibilidad de entrevistarme con él y de plantearle sin rodeos nuestra principal demanda para la Policía Nacional. Hace dos años y medio el General Oscar Naranjo se comprometió a traer a Yopal 200 hombres adicionales con el único objetivo de resguardar la seguridad de la Capital de Casanare. Hoy Yopal sigue contando con los mismos 110 a 120 hombres, que divididos en tres turnos y en las diferentes especialidades apenas si alcanzan a contener los asuntos más apremiantes. Cerca de 35 hombres para atender los CAI, la Policía de Infancia, Bancaria, de Tránsito, etc. 35 hombres para resguardar la seguridad, honra y bienes de cerca de 180 mil habitantes; francamente insostenible. Cuenta con más hombres el INPEC para cuidar la cárcel (cerca de 150), la inofensiva cárcel que afortunadamente por ahora no se amplía.
Le hablé de la gravedad que reviste que en Yopal se haya vuelto habitual escuchar de vidrios de carros rotos para extraer bolsos y computadores, de fleteos, extorsiones, atracos a cualquier hora del día y en cualquier sector de la ciudad, de comerciantes y ciudadanos abaleados por cualquier motivo. El General escuchó y tomó atenta nota, tal como me anunciaron era su estilo de trabajo: calmado, sin sobresaltos, pero con determinaciones fuertes y sin mayor aspaviento. Ojalá que así sea, que de los hombres del ‘Plan 15 Mil’ de la Policía para 2014 a Yopal le toque siquiera el 1%.
La segunda visita fue la del ‘tal Boyaco’ que lideró el ‘tal paro’ ese que el Presidente Santos no vio, pero que le puede llegar a costar su reelección. Atraído como muchos por el Segundo Festival de Música Carranguera en Yopal, Cesar Pachón, aprovechó para hablar con algunos amigos de un asunto tan sensible como promisorio para Colombia: la Dignidad herida de nuestros campesinos, la fuerza de un movimiento nacido en el olvido y la frustración de los campesinos de Colombia, que puede alterar seriamente el escenario político nacional. El tono de su voz y la fuerza de sus ideas hacen comprensible que el pueblo boyacense haya respondido como lo hizo. Hago votos porque en Casanare comience a hablarse pronto y con la misma vehemencia de la Dignidad de un pueblo sometido por la corrupción, los malos gobiernos y la locomotora minero energética.
A la tercera visita fueron invitados pocos, el Ministro de Defensa debió entrevistarse con el Gobernador y los Alcaldes. Yo solo espero que el nuestro no se haya limitado a pedir refuerzos para las fiestas que vienen, que por dignidad no se le haya ocurrido pedirle al Ministro que, para blindar las festividades, en su proyecto de ley para criminalizar la protesta la rechifla sea tipificada como delito de lesa humanidad.
*Concejal de Yopal.