Por: Óscar Vanegas Angarita*

Aunque el gobierno nacional a través de los Ministerios de Minas e Interior, y Ecopetrol S.A., están tratando de parar la consulta popular en Tauramena y los demás municipios del Casanare, donde se viene impulsando la defensa de los recursos hídricos por encima del petróleo, es necesario precisar que este mecanismo libre y democrático es un derecho constitucional del ciudadano; quien a su vez es el constituyente primario, y es soberano en la toma de decisiones trascendentales que busquen proteger sus derechos fundamentales, como lo es el derecho al agua; recurso fundamental e indispensable para tener una vida digna y sana.

Señores del gobierno nacional y de Ecopetrol: el haber hecho firmar un acuerdo a los alcaldes de Tauramena, Recetor, Chámeza, Aguazul y Monterrey (área de influencia del proyecto Niscota 3D), para que desistan de la consulta popular a cambio de suspender el proyecto de sísmica (el cual incumplirán como es costumbre), es un acto bajo, sucio, antidemocrático e inconstitucional de presión y manipulación que los hace ver indignos y nefastos ante los ojos de los ciudadanos, quienes únicamente están buscando defenderse pacífica y democráticamente del atropello del que han sido objeto, en los últimos años, por parte de la industria petrolera; que debe cambiar sus malas prácticas y ser más respetuosa del medio ambiente y de las comunidades.

Los colombianos llaneros lo único que exigen es el respeto por el 10 % de su territorio (ya que todo ha sido concesionado) donde nacen sus ríos y quebradas, el cual debe ser sagrado, reservado y excluido de la exploración petrolera y minera, pues las malas prácticas de la industria atenta contra su conservación. Si la avaricia capitalista salvaje del saqueo de los recursos naturales, sin asco ni conciencia ambiental, se deja avanzar hacia las fuentes de agua, el pueblo mañana no tendrá cómo llenar sus acueductos, pues sólo tendrá petróleo para echarle a la olla y para bañarse.

Ya no es un mito y está claro que la sísmica con explosivos profundiza y desvía las aguas subterráneas, disminuye el nivel freático en la zona de ladera secando los suelos (haciéndolos no aptos para el cultivo, la ganadería y la vida vegetal en general), y provoca deslizamientos masivos de tierra que pueden llevar a un desastre tan catastrófico como el de Armero, si se represa algún río y genera una avalancha. Ya existen antecedentes, afortunadamente no tan graves, como el de la vereda La Llana en el municipio de San Vicente de Chucurí (por el cual Ecopetrol y la empresa de sísmica fueron condenadas en segunda y definitiva instancia a indemnizar con más de 2000 millones de pesos a los afectados); y más reciente en los municipios de Yopal (reserva hídrica La Tablona, dejando sin agua a la capital del Casanare), Acacías y Cumaral en el Meta; donde ocurrieron decenas de derrumbes y desaparecieron cientos de nacederos.

Afortunadamente la consulta de Tauramena no tiene reversa, pues ya está convocada por la registraduría y tuvo el aval constitucional del tribunal administrativo de Casanare. Espero que ahora los ciudadanos taurameneros no se dejen amedrantar ni convencer de los indignos enemigos del medio ambiente y salgan el próximo domingo a defender sus fuentes de agua. Ustedes serán el ejemplo a seguir, y si fracasan en este intento… apague y vámonos.

*Ing. de Petróleos. Presidente del Orseme.