Por Leonardo Puentes*

Cuando todo parecía indicar que era un hecho la entrega de la Planta Modular de Tratamiento y Potabilización de Agua para Yopal, sucedió lo inimaginable. A menos de 24 horas del momento histórico en el cual el Alcalde nos notificaría que la horrible noche de Yopal había terminado, uno de los tanques clarificadores con capacidad para 500 mil litros de agua se deshizo, algo falló. ¿El cálculo de los ingenieros, el trabajo de los ensambladores, las fibras y resinas de las que constan estos enormes recipientes? Solo lo sabremos después de las ‘exhaustivas investigaciones’ que se adelantarán para explicar los lamentables hechos.

Lo cierto es que el manto de duda que hemos sentido desde hace más de dos años respecto a la manera como se ha manejado esta crisis se cierne nuevamente sobre Yopal; esta vez, sobre los 12 tanques que estábamos a la espera de ver funcionando de manera óptima desde el pasado fin de semana (pese a que la fecha de entrega pactada inicialmente se cumplió hace más de dos meses).

Aunque pretenda presentarse el hecho como intrascendente, como un ‘impase técnico’, la preocupación que nos queda es muy grande. No puede menospreciarse un hecho que demuestra que pese a los refuerzos y reparaciones que el contratista le hizo al tanque cuando se dio cuenta que tenía fisuras y ‘pequeñas filtraciones’, este no resistió la presión del agua y estalló. Mucho menos cuando se comprometió la integridad de ocho trabajadores que resultaron lesionados en el incidente.

Vuelven a nuestra memoria los reparos hechos por el proveedor de las fibras a través de los medios de comunicación respecto a la calidad de los trabajos de ensamble de los tanques; vuelven a nuestra memoria los reclamos por las modificaciones en los diseños y los presuntos ‘incumplimientos’ en los pagos de mayores cantidades de obra. Pueda que se cumplan las expectativas de esta administración (ojalá que así sea y se demuestre que estamos equivocados quienes cuestionamos el proceso) y la Planta Modular catapulte a Yopal como pionero nacional y quizá mundial en este tipo de sistemas, pero en el trasfondo de estos ‘ensayos’ hay asuntos que los yopaleños seguimos sin comprender.

¿Cuáles fueron las verdaderas razones para enterrar en el Concejo anterior el proceso de financiación de los estudios y obras definitivas para resolver la crisis? ¿Cómo se surtió el proceso de selección de los contratistas de los pozos profundos y ahora de la Planta Modular, no se supone que eran los mejores? ¿Por qué los yopaleños no tuvimos la posibilidad de un concurso público, abierto, en el cual se conocieran todas las opciones, materiales y tecnologías disponibles para ejecutar unas obras tan urgentes? Al respecto esperamos también una ‘investigación exhaustiva’, pero esta sí con resultados.

Por lo pronto tenemos claro que el agua no solo se llevó un tanque, con él se fue también la tranquilidad sobre la resistencia y durabilidad de los once restantes, que le han costado 11 mil millones de pesos a los contribuyentes de Yopal y de los cuales esperamos un peritaje técnico muy riguroso por parte de la interventoría, la aseguradora y ojalá de los organismos de control. Yopal no puede quedar expuesto a otra fatalidad como la ocurrida hace cerca de 3 años.

*Concejal de Yopal