Por: Oscar Medina Gómez **
Las elecciones de alcaldes y gobernadores serán el 25 de octubre próximo. Vuelve y juega el circo electorero colombiano. Y Casanare no se queda atrás. Más en una región donde así se haya disminuido dramáticamente el chorro de regalías del petróleo, los gobernantes siguen robando como dios manda. El monto del atraco es directamente proporcional al de los presupuestos.
Suena muchos nombres. Todos fanfarronean que cada uno encarna la salvación para el pueblo. Pero sabemos que la inmensa mayoría de esos redentores de los pobres, no son más que falsos profetas. Miembros activos de combos y mafias de corruptos, arropadas por lo que llaman partidos. Partidos que subastan avales y que siguen vendiendo una retórica barata, preñada de ideologías nacionalistas. Revisen no más las páginas del Partido Liberal, la U, Conservador, Cambio Radical, Centro Democrático, Opción Ciudadana.
Estos bellacos politiqueros hablan sin parar por las emisoras –que hacen su agosto vendiendo espacios a precios de oro- de la falta de agua potable en Yopal, de la inseguridad delincuencial, del caos de movilidad, de las concesiones mafiosas de alumbrado público, matadero municipal y terminal de transportes, de los paseos de la muerte en servicios de salud, de las carreteras, los hospitales y las escuelas abandonadas, la electrificación veredal inexistente, los acueductos incumplidos, el gas domiciliario apenas en diseños. De las madres comunitarias, los niños, los ancianos, los drogadictos, las putas, los maricas, los travestis, las lesbianas. Toda la fauna y la flora que se les ocurra.
El contenido temático de nuestros discurseros de oficio es largo. Sanguijuelas insaciables que prometen siempre paraísos de leche y miel para quienes apoyen sus mentiras con el voto. Ganan y empieza la repartija de los botines presupuestales, donde los puestos públicos –secretarías y organismos descentralizados- y los contratos se subastan a los mejores postores. Los apostadores de la política –que se hacen llamar contratistas- están frotándose las manos. Como apuestan a todos los candidatos–cual expertos jugadores de Blackjack- nunca pierden. Con cara ganan y con sello pierde el pueblo.
Miserables bandidos responsables de la desgracia y subdesarrollo de Casanare, Yopal y el resto de municipios. La corrupción en el departamento es copia de lo que pasa tanto en el Palacio de Nariño y sus ministerios como en el más olvidado y misérrimo municipio de la Patria. Muchos botones de muestra dan peso a lo que escribo: Enerca, la EAAAYopal, el IFC, el IDURY, el Hospital de Yopal y los demás centros médicos municipales, RedSalud, la ESE Salud Yopal, el Indercas, Capresoca,…son asquerosos fortines de sabandijas vividoras de un Estado estafador alimentado por los impuestos de la gente. Cuevas donde cohabitan alimañas de toda clase, que como hienas carroñeras devoran hasta el último centavo de los dineros públicos.
Y ni que decir de los tales honorables miembros de la Asamblea Departamental y los concejos de Yopal y demás alcaldías. Siempre han constituido menos que antros de bribones. En el de Yopal, por ejemplo, se han robado decenas de millones en reparaciones locativas, compras de papel higiénico y cartillas de autoalabanzas. Creen los “honorables” que al limpiarse el culo con metros y metros de papel limpian también sus sucias conciencias. No se salvan las secretarías de gobernaciones y alcaldías. En la mayoría, los secretarios y secretarias roban a sus anchas. Casi siempre con el permiso de sus jefes, a quien cumplidamente le dan su tajada. Desde que las mordidas lleguen a su hora y momento, nada de problemas. Todos felices.
Denuncie, me dicen muchas veces mis lectores. No. El papel de la prensa es alertar no poner denuncias formales en la fiscalía y otros organismos. Y es que quienes deberían emprender las investigaciones para poner a buen recaudo a los saqueadores, no lo hacen. Elemental: los mandamases de la contraloría, procuraduría, fiscalía y personerías también roban. Igual que ocurre con los jueces y nuestros iluminados padres de la patria del Congreso de las República. La sal está corrompida.
¿Por qué los candidatos a cargos de elección popular se gastan lo que no tienen y empeñan hasta su vida si les toca, recibiendo dineros sucios de contratistas sucios o de traquetos y narcos? Respuesta: porque lo que gastan en una campaña lo recuperan facilito al año de estar montados en el poder. Es que mamar de la cargada teta lechera de los presupuestos públicos es muy rico y nutritivo. Saben que si los destituyen, además de gordas cuentas bancarias quedan fincas lujosas, apartamentos y muchos carros. Mucho más de lo que necesitan para sobornar jueces que dicten sentencias ridículas.
Vivimos en una Colombia podrida, dominada por los corruptos del Estado, la delincuencia común y los terroristas que se hacen llamar guerrilleros. Un Estado que mete a la cárcel a los cosquilleros, ladroncitos de los buses, jaladores de celulares y relojes en calles y parques. Pero que a los peces gordos –gobernadores, ministros, embajadores, alcaldes famosos, banqueros y grandes depredadores de lo público- les da sus palacetes por cárcel, con apenas un par de años de condena. O simplemente los comprados jueces los dejan en libertad. Tan así, que a los terroristas de las FARC –que llevan más de 50 años masacrando gente, violando niños, poniendo bombas y secuestrando ciudadanos honestos- Santos terminará dándoles 10 o más curules directas en el Congreso. Y no pagarán ni un solo día de cárcel por sus delitos.
Aquí no existe el miedo a delinquir y menos el temor al castigo. Eso está borrado. Por eso los compradores de conciencias, faltones de la verdad, anunciadores de lealtades fugaces ya llegaron. Bellacos de mierda todos. Ya vienen de nuevo. Digo yo.
**Periodista