A pesar de las denuncias de diferentes sectores, encabezadas por el autor de la Acción Popular para que se solucione la problemática del agua en Yopal, Ulfran Castrillo, de que el avance de la obra de construcción de la Planta de Tratamiento de Agua Potable de Yopal apenas alcanza un 20 % de ejecución, el vicepresidente técnico de Findeter, Alejandro Callejas, afirmó en declaraciones al diario El Tiempo que “no hay ningún atraso en la obra”.
“A Yopal le estamos haciendo supervisión diaria y seguimiento semanal, y mensualmente hay reuniones con la comunidad para ver la evolución de la obra –dijo Callejas–. Para finales del 2017, el acueducto ya va a estar terminado”.
Dichas reuniones mensuales con la comunidad al parecer han sido en secreto, porque los habitantes del sector y líderes ciudadanos de Yopal afirman no haber asistido a ninguna convocatoria de Findeter.
Callejas citó una de las escasas reuniones del año anterior, en la que según él se resolvió la inconformidad de la población respecto a la ubicación de la bocatoma, “ya que según ellos, en ese punto el río pegaba con mucha fuerza, lo que hacía vulnerable la construcción”.
Al parecer la falta de información sobre el desarrollo del proyecto y la arrogancia de los funcionarios del Gobierno Nacional siguen siendo la constante en el desarrollo de la obra, de la cuál Findeter no ha entregado detalles sobre la inversión de 58.000 millones de pesos que permitirían tener acceso adecuado al agua potable según los estudios del proyecto a 334.000 habitantes futuros y a los aproximadamente 170.000 actuales, que completaron 5 años en dificultades.
“Es de aclarar que falta proyectar obras de protección y eso aumentará significativamente el costo de la obra”, afirmó el Ingeniero Arsenio Sandoval, de la veeduría ciudadana que últimamente también ha guardado silencio, justificando que han sido ignoradas todas sus observaciones sobre el proyecto, por lo que esperan decisiones de los órganos de control sobre varias denuncias.
En planes de contingencia se han gastado más de 8.000 millones de pesos que incluyeron el cartel de los carrotanques, además exóticas soluciones parciales como un planta modular que costó $11.000 millones colapsando sin ser inaugurada, con el visto bueno del Viceministerio de aguas y el Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio.