Por Carlos Cárdenas Ortíz.

Yopal, Mayo 9 de 2023 Hora 1:15 a 1:20PM.- Un milagro nos salvó con mi santa madre. Al medio día mi madre acostumbra esperar a sus hijos, sentada en la sala de su casa. Ese día llegué puntual a atender una cita al mediodía, me senté en la sala y mi madre me acompañaba. Yolanda la prima que nos acompaña nos ofreció tinto a quienes estábamos en la sala. Roberto la persona que también nos acompaña lo veía por ahí con baldes y escoba, alistándose como para limpiar la canaleta por el aguacero que se anunciaba.

Termina la reunión, una vez comienza a llover. Había interrumpido, mientras la cita, la elaboración del informe al Senador Josué Alirio Barrera, de una ficha guía que le diseñé y que le preparo para sus plenarias de Senado de los dias martes y un escrito de impedimento para un proyecto de la plenaria de hoy que comenzaba a las 2:00pm.

 Retomé mi labor que venía realizando y comencé a enviar los archivos a Jessica en Bogotá, 1:10pm marcó en mi chat de whatsapp. Yo seguía en mi portátil, conecte mi portátil y mi celular que estaba descargado y la lluvia ya comenzaba como a chispearnos. Me dice mi madre, hijo, vamos para el comedor que aquí nos mojamos y ella se fue para el comedor, pero prefirió pasar directo a mi habitación y se acostó en mi chinchorro. En el comedor estaban mis hermanas Diana y Martha y nuestro amigo Bernardo. Yo seguí en la sala, me insistían los que estaban en el comedor que me fuera para allá, duré unos dos minutos más y me sacó la lluvia porque comenzó a llover más fuerte. Llegue al comedor que queda ahí contiguo a la sala donde estábamos con mi madre.

¡Puse el portátil en la mesa del comedor y me senté, y cuando pensé levantarme para regresar a la sala por mis cargadores, purrumdum! 

¡En segundos! Se largó fuertísimo aguacero, un estruendoso ruido con truenos, durísimo y se vino parte de la casa de mi madre al suelo, desde el corredor donde quedan nuestras 5 oficinas, por toda la línea que da con la pared del vecino. La mitad de la casa de mi madre, mejor dicho, su habitación, donde después de almuerzo mi madre y mi hermana Martha en un chinchorro acostumbran la siesta diaria, una habitación auxiliar donde la prima Saray llega del colegio y también toma su siesta y otra habitación que utilizamos para guardar cosas y mercado.

 Quedamos paralizados viendo como quedó en escombros, en un segundo parte de la casa de mi madre, al fondo vimos una moto destruida, la que hacía pocos minutos antes mi hermana Martha había parqueado cuando llegó de su trabajo a la casa a almorzar, después de la 1:00pm y se inundó todo también de inmediato. Sin vidas humadas que lamentar, solo daños materiales gracias a Dios.

Y nuestra madre Leticia, acostada en mi chinchorro sana y salva, seguramente su esposo desde el cielo y nuestro padre Miguel, ¡nos empujó a todos a lugar seguro para protegernos y salvarnos!

Momentos después pensé en mi gata “Blanca Nieves” que me regaló “mi amiga Linda” de la Ciudadela La Bendición, al final de la tarde apareció mojada y asustada, ¡Todo bien! Gracias Dios, Señor Todopoderoso!