Por Anyela Roxana Pinto Castellanos
Producto del malestar que generó entre los internos de la cárcel de mediana seguridad en Yopal, el no ingreso de una mujer por no pasar el protocolo de seguridad, los reclusos del penitenciario se declararon en huelga de hambre, y manifestaron, además, abuso en las requisas por parte de los guardias de seguridad.
El protocolo que cumplen los guardias en la penitenciaría, es el mismo que maneja el INPEC en cualquier cárcel del país.
De acuerdo con la personería municipal de Yopal, el protocolo de requisa para el ingreso de las mujeres a la penitenciaría consiste en formar grupos de 10, las cuales se sientan en unas sillas y son olfateadas por caninos (encargados de distinguir cualquier sustancia psicoactiva), si el animal siente olor, en alguna mujer, de cualquiera de estas sustancias, se les solicita a las mujeres que cambien de lugar para que nuevamente el canino las olfatee, si en ese nuevo intento la mujer identificada en principio vuelve a ser detectada por el animal, se le solicita que se bañe y vuelva a hacer el procedimiento de requisa, si una vez más el animal detecta el olor en la mujer, definitivamente no se dará autorización de ingreso.
Pero para los reclusos del penitenciario estas medidas de seguridad establecidas tienden a ser drásticas en la medida que se les coarta la posibilidad de compartir con sus familiares.
Por su parte la personería municipal manifestó que se cuenta con una máquina de rayos x que permite detectar el lugar en el que la sustancia se encuentra en el cuerpo de la persona y que se espera entre en funcionamiento en poco tiempo para desenredar el traumatismo que surge entre los internos y sus familiares el tipo de requisa que se les práctica.