Durante el primer Consejo Departamental para la Gestión del Riesgo de Desastres, se informó que la época de verano estará influenciada por el fenómeno “La Niña” y que, si bien es cierto su intensidad es débil, a ello se deben las precipitaciones.

Según el IDEAM este fenómeno estaría presente durante toda la época de sequía, lo que influiría positivamente frente a los incendios de la cobertura vegetal, pues se reducirían ostensiblemente durante este lapso de tiempo.

Sin embargo, se entregaron medidas preventivas a cada uno de los sectores (medio ambiente, agricultura, energía, educación, obras, transporte, educación, servicios públicos, etc.), en aras de realizar acciones preventivas en el periodo de sequía.

También se dieron a conocer las acciones implementas en procura de un territorio menos vulnerable durante esta época del año, como la realización de un pozo en el río Cravo Sur para captación de agua con Bambi Bucket, destinado a la extinción de incendios forestales mediante helicópteros. La adquisición de tres filtros potabilizadores de agua para atender emergencias por desabastecimiento del valioso líquido.

Igualmente, la contratación de 4170 kits de ayudas humanitarias para socorrer familias damnificadas. La activación de maquinaria de gestión del riesgo en atención a puntos críticos y mantenimiento de obras de protección. Y el acompañamiento en la realización de un simulacro interinstitucional de control de incendios, el pasado mes de diciembre.

Durante el Consejo para la Gestión del Riesgo también se trataron temáticas como, el balance del uso de la pólvora en temporada de fin de año y la socialización del decreto 2157 del 20 diciembre del 2017, en el que se reglamenta la formulación de planes de contingencia para empresas públicas y privadas y se otorga un plazo máximo de seis meses para que las empresas formulen sus instrumentos de planificación según la reglamentación del decreto.

Con respecto a balance del manejo de la pólvora en temporada decembrina, Jorge Álvarez, coordinador del CRUE, entregó un balance positivo de cero niños quemados en Casanare. Se presentaron lesiones muy superficiales en dos adultos, que por sus características no fueron registradas en las estadísticas del orden nacional.